“―Sé que viene el Mesías, al que llaman el
Cristo —respondió la mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.
―Ese soy yo, el que habla contigo —le dijo
Jesús.” Juan 4:25-26
El Señor Jesús vino para los afligidos y
perdidos, y Su misión es revelarse como Hijo de Dios a todos los que creen en
Él. Aunque la persona en el pasado haya cometido muchos errores y pecados, Él
desea que ella se convierta y alcance la salvación.
La espera ansiosa de la mujer samaritana
por la llegada del Mesías terminó a penas ella se dio cuenta que estaba delante
de Él. El Señor Jesús se revelo para ella y desea revelarse para usted, que del
mismo modo Lo ha esperado en su vida.
Sea sincera con Él, este dispuesta a
abandonar la vida errada, los malos sentimientos, malos hábitos y seguramente
Él morará en su corazón.
A partir de ese día usted nunca más tendrá
sed, nunca más estará solita.
Miércoles será el último día del Ayuno de
Daniel y el último post sobre la mujer samaritana.
Lea los posts anteriores sobre la
meditación de la Mujer Samaritana:
-
El agua- El confrontamiento
- La adoración
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