jueves, 16 de febrero de 2017

El agua




“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.” Juan 4:13-15

El agua física representa los placeres del mundo, aunque son atractivos traen una alegría y satisfacción momentáneas y pasajeras. Mientras tanto, aquellos que viven dependientes del “agua” que este mundo ofrece, viven frustrados y desilusionados, pues los placeres acarrean con ellos dolor y sufrimiento.
El Señor quería mostrar a aquella mujer la diferencia entre el agua que ella tenía para ofrecer, pasajera e ilusoria, mientras que la que Él tenía para dar, es el Agua Viva, eterna.
Pero aquellos que no consiguen abandonar los placeres de la carne, no podrán recibir el Espíritu Santo, que es el Sello de nuestra salvación.
Muchos le han dado preferencia a lo que es temporario, despreciando lo que es verdadero y eterno.
Dios nos da a elegir, pero la decisión siempre será nuestra.
¿Y qué agua es la que usted desea, mi amiga?

Lea los posts anteriores sobre este pasaje:

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