martes, 3 de mayo de 2016

¿Puedo ir a fiestas, bailes o discotecas?



Esa preguntita es muy común entre los jóvenes que están en la Iglesia. En la escuela, las invitaciones siempre llegan, la presión de los compañeros para que el joven vaya, la vergüenza de decir no y la curiosidad de saber cómo es, terminan generando una cierta frustración que acaba siendo una puerta para que el diablo comience a plantar su semilla podrida en aquel joven de corazón aún puro.

Voy a responder la pregunta del título para ayudarla: sí, usted puede ir porque la vida es suya  y usted puede hacer lo que quiera, pero la pregunta correcta no es si podemos ir o no, y sí: ¿esa fiesta me va a traer algo bueno? Tal vez usted diga: “Ah, no tiene nada de malo, es solo una fiestita de gente de la escuela y yo sé lo que puedo y no puedo hacer, y es claro que no voy a hacer nada incorrecto”. ¿Seguro? Leí una noticia que hoy en día en esas fiestas pasa de todo: drogas, bebidas, sexo con cambio de pareja y muchas cosas más, horribles y deplorables… No, no son fiestitas de adultos, ¡¡son de adolescentes de 12, 13, 16 años!! Y ahora le voy a hacer algunas preguntitas que yo misma me hacía cuando era adolescente y me invitaban para fiestas, bailes “funks”, “forrós”, ja ja ja  etc.


1-    ¿Cuál es el ambiente de la fiesta? Música secular alta, mucho baile, bebidas, tal vez drogas, sexo, conversaciones nada edificantes, ropas sensuales, etc.
2-    En un ambiente así, ¿será que Jesús estará ahí? Quién estará más cerca de usted, de su lado, ¿Jesús o el diablo que está aprovechando la fiesta para hacer lo que quiere con los jóvenes?
3-    Su mente, sus conversaciones, sus actitudes, ¿estarán con la cautela de no desagradar a Jesús, o estará tan entretenida que ni se va a acordar de Él y va a terminar inclusive actuando como todo el mundo allí? 

Tal vez usted me diga: “Yo logro mantenerme lejos de todo eso inclusive en la fiesta, tengo personalidad y voy a decir no a quien me ofrezca algo malo”. Muy bien, pero ahora piense conmigo: usted está vestida de blanco, limpiezita, y su padre le pide que usted entre con él en una mina de carbón; usted no va a tocar nada, solo va a entrar con él. Entonces entra, se queda allí unos minutos quietita y los dos salen de nuevo. ¿Cómo cree que va a estar su ropa?, ¿blanca? No amiga, va a estar toda sucia por causa del polvo del carbón que estaba en el aire. No fue necesario que toques nada para ensuciarte. Así también sucede con nosotros. Dios nos llamó, nos eligió y quiere darnos una vida maravillosa, pero para eso Él precisa que nos mantengamos en pureza, en santidad y lejos de la suciedad de este mundo. Veo a esas fiestas como una puerta para dejar entrar al diablo en su vida y sujetarse a lo que él sugiere, además no es un ambiente para quien quiere andar con sus vestiduras limpias.
 Ese ambiente no es un lugar de una mujer de Dios.

Sé que en la adolescencia y la juventud la curiosidad se agudiza, no queremos sentirnos alienadas o diferentes, pues el mundo cataloga el ser diferente como algo malo. Pero ser diferentes para agradar a Dios es la cosa más correcta que podemos hacer, ¿cómo puede ser malo? Entonces mis queridas, no deje que el diablo la lleve a la mina de carbón, no tenga miedo de desagradar al mundo para guardarse y agradar a Jesús. Esa fase va a pasar y cuando usted llegue a mi edad y mire para atrás va a poder alegrarse por haber sido fuerte, sabia y diferente. Y solo un consejo más: ser diferente te hace más valiosa, pues todo lo que es común y corriente pierde el valor, pero lo que es raro y diferente tiene un valor inestimable. ¿Cuál quiere ser usted? Piensen en eso amigas. ¡Todo es lícito, pero no todo nos conviene!

Un beso grande a todas y hasta la semana que viene. Besos
Juliana Furucho

3 comments:

Unknown dijo...

Fue un articulo que estoy muy a gusto de leer ya que tengo 16 años y muchas veces recibo invitaciones , obviamente me da curiosidad pero cuando me pongo a pensar como sentiria estando allo seria culpa, por ahi no llegue hacer nada pero el tan solo hecho de estar alli uno se siente incomodo .
Y lo que rescato es que cuando sea grande esto ya no va a tener importancia para mi y me voy alegrar por mis actitudes

Unknown dijo...

Dios nunca nos obligara es cada uno a nuestra conciencia.
ser diferentes para agradar a Dios.

Unknown dijo...

Incluso quién quiere agradar a Dios, muestra que lo quiere agradar ,pero si te invitan a una fiesta y desagradas al señor ,como Dios va a bendecirte si el no ve el deseo que tenés en agradarlo a El

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