Esa
preguntita es muy común entre los jóvenes que están en la Iglesia. En la
escuela, las invitaciones siempre llegan, la presión de los compañeros para que
el joven vaya, la vergüenza de decir no y la curiosidad de saber cómo es,
terminan generando una cierta frustración que acaba siendo una puerta para que
el diablo comience a plantar su semilla podrida en aquel joven de corazón aún
puro.
Voy a
responder la pregunta del título para ayudarla: sí, usted puede ir porque la
vida es suya y usted puede hacer lo que
quiera, pero la pregunta correcta no es si podemos ir o no, y sí: ¿esa fiesta
me va a traer algo bueno? Tal vez usted diga: “Ah, no tiene nada de malo, es
solo una fiestita de gente de la escuela y yo sé lo que puedo y no puedo hacer,
y es claro que no voy a hacer nada incorrecto”. ¿Seguro? Leí una noticia que
hoy en día en esas fiestas pasa de todo: drogas, bebidas, sexo con cambio de
pareja y muchas cosas más, horribles y deplorables… No, no son fiestitas de
adultos, ¡¡son de adolescentes de 12, 13, 16 años!! Y ahora le voy a hacer
algunas preguntitas que yo misma me hacía cuando era adolescente y me invitaban
para fiestas, bailes “funks”, “forrós”, ja ja ja etc.
1- ¿Cuál es
el ambiente de la fiesta? Música secular alta, mucho baile, bebidas, tal vez
drogas, sexo, conversaciones nada edificantes, ropas sensuales, etc.
2- En un
ambiente así, ¿será que Jesús estará ahí? Quién estará más cerca de usted, de
su lado, ¿Jesús o el diablo que está aprovechando la fiesta para hacer lo que
quiere con los jóvenes?
3- Su mente,
sus conversaciones, sus actitudes, ¿estarán con la cautela de no desagradar a
Jesús, o estará tan entretenida que ni se va a acordar de Él y va a terminar
inclusive actuando como todo el mundo allí?
Tal vez
usted me diga: “Yo logro mantenerme lejos de todo eso inclusive en la fiesta,
tengo personalidad y voy a decir no a quien me ofrezca algo malo”. Muy bien,
pero ahora piense conmigo: usted está vestida de blanco, limpiezita, y su padre le
pide que usted entre con él en una mina de carbón; usted no va a tocar nada,
solo va a entrar con él. Entonces entra, se queda allí unos minutos quietita y
los dos salen de nuevo. ¿Cómo cree que va a estar su ropa?, ¿blanca? No amiga,
va a estar toda sucia por causa del polvo del carbón que estaba en el aire. No fue
necesario que toques nada para ensuciarte. Así también sucede con nosotros. Dios nos
llamó, nos eligió y quiere darnos una vida maravillosa, pero para eso Él
precisa que nos mantengamos en pureza, en santidad y lejos de la suciedad de
este mundo. Veo a esas fiestas como una puerta para dejar entrar al diablo en
su vida y sujetarse a lo que él sugiere, además no es un ambiente para quien
quiere andar con sus vestiduras limpias.
Ese ambiente no es un lugar de una mujer de
Dios.
Sé que en
la adolescencia y la juventud la curiosidad se agudiza, no queremos sentirnos
alienadas o diferentes, pues el mundo cataloga el ser diferente como algo malo.
Pero ser diferentes para agradar a Dios es la cosa más correcta que podemos
hacer, ¿cómo puede ser malo? Entonces mis queridas, no deje que el diablo la
lleve a la mina de carbón, no tenga miedo de desagradar al mundo para guardarse
y agradar a Jesús. Esa fase va a pasar y cuando usted llegue a mi edad y mire
para atrás va a poder alegrarse por haber sido fuerte, sabia y diferente. Y
solo un consejo más: ser diferente te hace más valiosa, pues todo lo que es
común y corriente pierde el valor, pero lo que es raro y diferente tiene un
valor inestimable. ¿Cuál quiere ser usted? Piensen en eso amigas. ¡Todo es
lícito, pero no todo nos conviene!
Un beso
grande a todas y hasta la semana que viene. Besos
Juliana Furucho
3 comments:
Fue un articulo que estoy muy a gusto de leer ya que tengo 16 años y muchas veces recibo invitaciones , obviamente me da curiosidad pero cuando me pongo a pensar como sentiria estando allo seria culpa, por ahi no llegue hacer nada pero el tan solo hecho de estar alli uno se siente incomodo .
Y lo que rescato es que cuando sea grande esto ya no va a tener importancia para mi y me voy alegrar por mis actitudes
Dios nunca nos obligara es cada uno a nuestra conciencia.
ser diferentes para agradar a Dios.
Incluso quién quiere agradar a Dios, muestra que lo quiere agradar ,pero si te invitan a una fiesta y desagradas al señor ,como Dios va a bendecirte si el no ve el deseo que tenés en agradarlo a El
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