Hola queridas amigas, ¿cómo
están? Hoy es mi último post de 2014 jeje, y espero que Dios pueda hablar con
ustedes hoy también.
Esta semana estuve pensado sobre
este tema y de la importancia que él tiene para todas nosotras y para nuestra
convivencia con las demás personas ¿Usted ya tuvo la experiencia de que alguien
llegara a usted para hablar de una persona que usted aún no conocía? Luego
usted se encuentra con esa persona, habiendo escuchado cosas negativas acerca
de ella ¿Cuál fue su reacción? Tal vez usted se acordó de lo que le dijeron y
actuó con cierto miedo de esa persona, ¿no fue así? Ahora, ¿si aconteció lo
contrario y le hablaron bien de una persona? Seguramente usted fue con otra
actitud hacia ella, ¿verdad? Vean amigas cuánto nuestra palabra puede
perjudicar a una persona o no. Si usted habla mal de alguien, usted estará
colocando malos ojos en la persona que le oye y haciéndola ver la otra persona
con sus ojos, pero, a veces, su opinión no es la más correcta, pues una persona
puede cambiar mucho con el tiempo, o quizás, en un momento errado, día errado,
ella actuó de una manera errada y usted acabó creando un concepto errado de esa
persona y ha pasado eso adelante, pero, ¿será que eso es correcto? Y aunque la
persona sea realmente llena de fallas, no somos nadie para apuntar sus errores
para los demás. Si no tuviere nada agradable para hablar de una persona,
entonces el silencio es lo más aconsejable.
Nosotros, los hijos de pastores
tenemos que tener cuidado con lo que oímos,
no debemos tomar actitudes basadas solamente en lo que oímos. Me acuerdo
que cuando aún vivía con mis papás y ellos hablaban bien de una persona, yo me
quedaba feliz cuando tenía la oportunidad de conocer a esa persona
personalmente, pero, cuando alguien me hablaba mal de otra, yo me quedaba con
recelo de conocerla. Con el pasar de los años, fui aprendiendo a no actuar más
así, pues mucha de las veces, aquella persona de la cual habían hablado mal,
acabó siendo una persona linda de conocer y lo que me habían dicho de ella se
quedó totalmente en el olvido. Hoy, prefiero conocer a la persona yo misma
antes de formar cualquier concepto sobre ella.
Si tenemos buenos ojos, entonces
no vamos salir hablando de los defectos de los demás, vamos hablar lo que ellas
tienen de bueno. Vamos a romper esa cadena maligna que ha hecho que todos queden con miedo y recelos, vamos
nosotras a empezar la cadena del bien, pues cuando hablamos bien de una
persona, haremos que cuando la otra persona la conozca, ella le abra una
sonrisa y prontamente le apriete la mano, generando que dos personas pasen un
rato agradable, gracias a sus buenas palabras, y así estaremos sembrando la
semilla del bien y mientras más semillas buenas sembramos, más buenos frutos
tendremos. Lean conmigo este versículo:
“Hermanos, no
hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla
mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley,
sino su juez. No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar
y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?” Santiago
4:11-12
Bueno amigas,
que Dios las bendiga mucho más este Nuevo Año y espero tenerlas aquí conmigo en
este 2015 y que juntas podamos crecer, aprender y glorificar aun más el nombre
de nuestro Amado Señor. Fue un placer estar con ustedes este año y ¡que venga
2015! Un beso grande a todas y Happy New Year.
Juliana Furucho
6 comments:
Dios habló conmigo en el día de hoy... Quién soy yo para juzgar a alguien....
Sra... a veces sucede que queremos ser vistas con buenos ojos ya que todas tenemos defectos, pero a la hora de que nos toque, no hacemos lo mismo, debemos avaliarnos y saber con que tipo de ojos estamos mirando a los otros , yo creo que debemos mirar de la manera que Dios nos miro .... mirar las virtudes y dejar atras los defectos
Este post me hizo recordar experiencias hay un antes y un ahora, en este tiempo se que no soy nadie para hacer juicios sobre las personas. Queda en cada una de nosotras poner por obra lo aprendido.
Que importante es tener buenos ojos, y cuidar lo que hablamos de los de los demás, No somos nadie para meternos en la vida de nadie, quizás la otra persona tuvo un mal día o erró en algo, pero eso no nos habilita a juzgarlas
tenemos que tener cuidado cuando una persona se nos acerque para hablar mal de alguien, inmediatamente tenemos que rechazar dicha información para no juzgar y ensuciar nuestros ojos, porque quienes somos para juzgar a los demás.
Tener buenos ojos ,no juzgar a los demás tener cuidado en la manera de hablar , y también no tener malicia hacia la obra de Dios ,mirar con ojos espirituales no dejar una brecha abierta para el diablo.:-)
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