“Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a
Jerusalén. Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y
palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. Entonces,
haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus
ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero
y derribó sus mesas. A los que vendían las palomas les dijo:
—¡Saquen
esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?
Sus discípulos se acordaron de que
está escrito: «El celo por tu casa me consumirá.»” Juan 2:13-17
¿Cómo es que Jesús, un hombre tan manso y educado, tomó
aquella actitud de ira?
Usted puede estar pensando, ¿pero qué tiene
que ver esta palabra conmigo?, yo respeto la casa de Dios.
Nosotros somos el Templo de Dios,
por ese motivo no podemos permitir que haya desorden dentro de nuestro interior;
no podemos permitir que sentimientos, preocupaciones o pensamientos contrarios
a la fe se alojen en nuestro interior, o que las cosas del mundo invadan
nuestro ser.
Y debemos actuar con rapidez y fuerza contra todo lo que no proviene de Dios o que ensucie el Templo
(nuestro interior), dejándolo impuro. Así como Jesús uso de su fuerza, y tomó una
actitud inmediata, es así que también tenemos que usar de la violencia para
arrancar del interior todo lo que no sirve.
De qué sirve aparentar si el interior
está desordenado, sucio, y lo peor de todo es permitir que continúe así. El
templo seguía siendo templo, pero cuando Jesús entró no le gustó lo que vio.
Como leemos: “El celo de tu casa me
consume”, el celo por cuidar de nuestro interior y mantenerlo puro, también nos
debe consumir. Teniendo esa conciencia, que un Templo impuro no agrada a Dios.
No podemos ser buenas o mansas con
el mal, sino atacar con fuerza, el mal debe dejarnos irritadas, incomodadas, no
lo podemos soportar, así como Jesús no soportó que el templo estuviera impuro.
Y usted, ¿va a usar el látigo o
continuar con las plumas?
1 comments:
El celo por tu casa me consumira.... muy fuerte esa parte, debemos cuidar nuestro interior ya que nosotros somos templo del Espiritu Santo, cuando algo o anda bien debemos ser drasticasmar con nosotras mismas y tomar una actitud de ambio
Publicar un comentario