jueves, 17 de agosto de 2017

Mi historia 3: “La joven soñadora”



¿Ya ha oído hablar de príncipes, caballo blanco, mariposas y el atardecer? Yo era una muchacha soñadora, me gustaba leer cuentos de princesas y quedar escuchando música en el jardín de mi casa, imaginando al príncipe encantado ¡Realmente mi imaginación volaba lejos! ¡Las historias eran siempre las mismas, la doncella en peligro era salvada por el lindo príncipe y cargada por él en un caballo blanco rumbo al castillo!

A partir de este punto, las niñas comienzan a desear que acontezca de ese modo. Entonces ella “despierta” y ¡no ve nada de aquello! ¿Eso significa que no podemos soñar? No exactamente, desde que sepamos diferenciar la realidad de la fantasía ¡Y es que muchas no saben y por eso sufren! ¡Como yo que vivía soñando en un mundo imaginario!

Recuerdo que me gustó un muchacho que nunca gustó de mí, pero sólo de verlo a lo lejos yo quedaba feliz. Si el me veía, yo sentía que había ganado el día ¡Me contentaba con tan poco! Vivía en aquella ilusión de que un día podría ser posible ¡Pero nunca lo fue!

Cierta vez, una amiga hizo una fiestita en su casa y me invitó, cuando llegué allá estaban varias amigas mías y algunas personas que no hacían parte de mi círculo de amistades.

¡Pero algo inesperado estaba  por acontecer! Recuerdo que en ese día un muchacho me llamó para bailar, yo ni sabía bailar jajaj, ¡pero él era lo mejor rsrs! Yo acepté, al final estábamos entre amigos, en un ambiente familiar ¿Por qué no?
Fuimos cada uno para su casa, ¡y recuerdo que comencé al día siguiente a hablar de él con mi mejor amiga! Nosotros nunca habíamos hablado antes, pues él no hacía parte de mi círculo de amigos. Mientras tanto su hermana estudiaba conmigo y eso me facilitó las cosas. Yo no hable de mi interés con él, pero su hermana sabiéndolo, fue y le comentó.

En la época yo y su hermana también bailábamos folklore (danzas típicas de Portugal) en el centro recreativo de mi ciudad. Los ensayos eran todos los sábados y para mi sorpresa, él comenzó a participar. Eso significaba algo, él estaba yendo para verme, ¡yo era el motivo por el cual él estaba allí! Yo veía que él era diferente, no era “bobo” como algunos chicos que estudiaban conmigo, él era más serio, más maduro. Después de algunos meses que comenzamos a ser novios, recuerdo hasta hoy el lugar donde el me lo propuso, yo acepté y él grabó en un árbol nuestros nombre, dentro de un corazón, rsrs.
Quieren saber quién es, ¿no es así? Esa persona es Joaquín, con quién me casé cinco años después, pero de eso hablaré más adelante.
¡Ahora yo tenía novio! Aparentemente tenía todo, padres que me amaban y me cuidaban, mi hermana, un novio, no tenía falta de nada materialmente hablando, estudiaba, iba de vacaciones en el verano, aparentemente todo bien. Pero los conflictos interiores continuaban allí, el vacío dentro del pecho que no era llenado con nada.
¿Usted también se siente así? ¡Escriba en los comentarios cómo se siente! Aproveche para hacer el Ayuno de Daniel, el Espíritu Santo es El único que puede llenar ese vacío. No existe cosa o persona que tenga esa capacidad, solamente Él ¡Cuando reciba el Espíritu Santo nunca más sentirá ese vacío dentro del pecho!
Mientras tanto, al completar 16 años una noticia llegó y no era algo bueno, pero hablaré de eso en el próximo post.
Foto: Joaquim y yo





1 comments:

Unknown dijo...

Aweee Ustedes no cambiaron nada atravez de los años, y es cierto como solo a travez del Espiritù Santo nuestro vacio queda lleno, es ese lugar que por mas que se busque afuera en amigos, o cosas no se encuentra.

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