En toda relación, cuando los gustos
difieren, entonces hay una discordia y uno de los dos deberá ceder para negar
la propia voluntad y satisfacer a otro.
Con Dios no es diferente, usted
puede tener un deseo que Dios no aprueba, pero en este caso tiene que rendirse
a la voluntad de Dios y no Él a la suya. Al final, Él es Dios y nosotros
precisamos estar sujetas a Sus normas, si queremos ser beneficiados de todas
las bendiciones que Él nos ofrece.
Es difícil comprender cuando la
persona afirma querer agradar a Dios pero siempre coloca su voluntad personal
por encima de la de Él.
Eso es carne y no proviene de un
espíritu quebrantado ni sumiso a Dios.
Por ejemplo:
· Usted sabe que su manera de vestir
no está de acuerdo a la voluntad de Dios, pero le gusta demasiado las prendas
que usa y no quiere renunciar a ellas. Al final, le han traído algunas
alegrías, los muchachos la notan más, le silban cuando pasa y eso le hace
sentir linda y deseada.
· Usted está de novia con un muchacho
incrédulo que la influencia de manera negativa en su fe, ha desagradado a Dios
con esa relación. Pero usted lo ama tanto que no soportaría estar sin él.
· Usted conserva amistades que están
yendo en una dirección totalmente contraria a aquella que usted desea seguir,
pero continúa con ellas, colocando en riesgo su fe y salvación.
· Usted mira cosas en la TV o en
internet, que contaminan su fe, pero es más fuerte que usted.
· Usted hace cosas equivocadas aun
teniendo la consciencia de que entristece
a Dios. Pero a usted le sigue gustando eso que a Dios no le gusta, eso
significa que aun Dios no es el primero en su vida y que usted vive ajena a Su
voluntad.
Cuando sus gustos, deseos y
actitudes no están de acuerdo con la voluntad de Dios, usted precisa
entregarse, conocerlo, para entonces tener fuerzas de negar su voluntad y hacer
la de Él.
Usted necesita gustar de aquello que a Dios le
gusta, sólo así su vida será bendecida y
protegida por Él.
Piense si ha valido la pena que su
voluntad prevalezca, ¡recuerde que para cada actitud hay una consecuencia!
“Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4.7
“Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará
vida eterna.” Gálatas 6.8
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