Hola amigas,
¿todo bien? ¿Ustedes ya notaron que, cuando pasamos por un momento difícil, una
lucha, o un desierto, nuestra primera reacción es llorar?
No es nada
agradable pasar por momentos difíciles, yo sé bien de eso, pero nuestras
reacciones delante de las situaciones son las que van a definir cuánto tiempo
vamos a tener que luchar para vencer. ¿Cómo es eso? Si el problema viene y nos
postramos, y comenzamos a lamentarnos, a llorar
y a reclamar, entonces la solución va a demorar en llegar o hasta
inclusive puede que no llegue. Pero en contrapartida, si lloramos (sí, porque
somos mujeres y los sentimientos rápidamente aparecen, infelizmente), nos entristecemos e inmediatamente
reaccionamos, usamos la fe y quemamos al diablo
ordenándole que
salga, entonces así, la respuesta vendrá más rápido.
Lean conmigo: “Y el Señor
le dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?” (Josué
7:10)
Israel
había perdido una batalla y Josué no sabía el porqué, entonces se postró
delante del Arca del Señor y se lamentó ante Dios, hasta que Él le respondió
con el versículo anterior. O sea, Dios no quiere que nos lamentemos por la
situación llorisqueando y reclamando, Él no va a tener pena de nosotros si
lloramos más o si intentamos conmoverlo con palabras de tristeza, porque Dios
no actúa por pena, y sí por la fe. Por eso le dijo a Josué: ¡levántate!
Él
espera que tomemos una actitud de fe, de indignación contra la situación y
contra el diablo. Que nos levantemos y resolvamos el problema, sí, nosotros, y
Él nos guiará hacia la solución.
Yo sé que
cuando somos jóvenes las emociones están a flor de piel, entonces pensar y usar
la razón es difícil, ¡pero es posible! A veces es necesario que entremos a
nuestro cuarto o al baño, y levantemos nuestras manos para ordenarle a toda
casta maldita que está trabajando contra nosotros, que salga y vaya al infierno
en el nombre de Jesús. No sirve de nada usar la tristeza y las lágrimas.
Tenemos que usar nuestra fe, con rabia hacia el diablo y ordenarle que se vaya.
Pues si él nos quiere ver llorando y sufriendo, entonces es él quien tiene que
llevar todo el sufrimiento y fuego, porque en nuestra vida no tiene lugar.
Tampoco podemos
quedarnos solamente quemando al diablo y no hacer nada. Dios le dijo a Josué
que se levante y busque al culpable. Así tenemos que ser nosotros también,
tenemos que levantarnos y buscar la solución del problema con la ayuda de Dios.
Si es la falta de trabajo, hay que ir y buscar con fe o pedirle a Dios una
nueva dirección. Si es un problema en la familia, cambia tu comportamiento en
casa, haz tu parte siendo una buena hija, usa tu fe para consagrar el agua y
ponla en el jugo para que todos la beban. Si es un pecado escondido, confiésalo
a Dios, arrepiéntete y nunca más lo cometas de nuevo… y así sucesivamente.
Amigas, tenemos que ser mujeres de fe y de actitud y no ser sentimentales
queriendo llamar la atención de Dios (y a veces la de las personas) con pena.
No quieras la lástima de la gente; una mujer de Dios no quiere la pena de Él,
¡sino que quiere la respuesta que ella sabe que obtendrá a través de su fe!
Nada de lamentaciones o reclamos ¿eh? ¡Eso no nos lleva a nada! Pero la fe verdadera con el grito de
indignación, ordenándole al diablo que se vaya y yendo a la lucha, esa sí, trae
resultados.
Un beso grande
a todas y hasta la semana que viene. Kisses
Juliana Furucho
Traducido por:
Milena Pignatta
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