Hola queridas, ¿todo bien? Hoy me gustaría empezar con una
pregunta: ¿tú tienes un grito atravesado en la garganta? Este domingo mi esposo
predicó algo muy interesante y me gustaría compartirlo con ustedes. Lean
conmigo: “Entonces
vinieron a Jericó; y al salir de Jericó Él y sus discípulos y una gran
multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino
mendigando. Y
oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de
David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:46-47)
Amigas, vamos a ver la situación de Bartimeo: él era ciego y
mendigo, su vida estaba peor que la de casi todos, ¿no es cierto? Él también
tenía un grito atravesado en la garganta, no aceptaba más aquella situación y
cuando Bartimeo oyó hablar de Jesús, que curaba, que hacía milagros, etc, vio allí una oportunidad. Noten que dice que
percibiendo que una multitud pasaba, oyó (porque él era ciego pero no era sordo
ja ja) que era Jesús y comenzó a clamar. Imagino la escena: un ciego gritando
en medio de la multitud, tal vez mirando para el lado contrario, pero a él no le
importó, comenzó a clamar para llamar la atención de Jesús. Pero lo que me
sorprendió fue el hecho de que había en aquella muchedumbre personas sin ningún
amor al prójimo, que lo queríán callar y lo reprendieron.
Ahora, esas personas deberían haber tenido un poco de misericordia
y haberlo llevado al ciego hasta Jesús y no reprenderlo, ¿están de acuerdo?
Pero Bartimeo no se preocupó por eso, él continuó usando su fe, creyendo que su
voz sería oída por Jesús; él, literalmente ignoró a todos los que estaban a su alrededor
y fijó su mirada en Jesús y nada más. Y Jesús viendo su fe, lo SALVÓ y lo curó.
Muy fuerte, ¿no?
Pero Ju, ¿qué tiene que ver eso conmigo y mi grito? Amiga, tal vez
tú estás en una situación así, donde solo Jesús puede ayudarte. Y ese grito
está atravesado en tu garganta porque muchas personas y situaciones, usadas por
el diablo, te hicieron callar. Tal vez, personas negativas, palabras de
desánimo, o una situación difícil, te desanimaron y te quitaron la fe para
clamar y enfrentar el problema. Hace unos días, hice una oración muy fuerte en
casa porque Dios me mostró que tenía que indignarme con la situación y también
debía clamar, y fue lo que hice. Clamé con todas mis fuerzas y mi fe. Y cuando me levanté, lo hice con la
certeza de que Jesús me oyó en aquel momento. El diablo quiere callarte, y por
eso usa a personas o situaciones y no podemos dejarlo alcanzar su objetivo.
Vamos a clamar más alto. Vamos a ignorar a las voces negativas. Vamos a ignorar
a la multitud que no quiere que clamemos, ¡¡ pues nuestro testimonio va a
callar a muchos mañana!! Pero para eso, tenemos que usar la fe, levantarnos de
la postración, indignarnos con nuestra situación e ir a luchar, pues Dios es
con nosotros y Jesús está listo para decirnos: “ ¿Qué quieres que haga?”.
Amigas, esto es para vencer, cambiar tu historia. No permitas más que el diablo
te calle, te intimide y robe tu fe. Tú puedes y vas a conquistar lo que
precisas, basta que tú creas también, ahora es el momento de dar un grito de
BASTA en esa situación.
Comparte con nosotros: ¿la multitud te hizo callar? ¿Has estado
callada? ¿Quién te calló? ¿Y qué pretendes hacer a partir de ahora?
Ah… Este mes de agosto que acaba de comenzar será el mes de
nuestra victoria, ¿amén? Kisses
Juliana Furucho
Traducido por: Milena Pignatta
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