Luego
que me casé, fui para Puerto Rico con mi esposo. Dejé atrás a mi familia
querida e inicié una nueva etapa en mi vida. Por más que tuviera una idea
acerca de la vida de una esposa de pastor, ahora yo lo estaría viviendo por mi
cuenta.
Cuando
llegué a Puerto Rico, sentí maripositas en el estómago, pues estaría conociendo
y conviviendo con otros pastores y esposas que nunca antes había visto. Era un
país diferente. Idioma diferente, costumbres diferentes y un marido con el que
aún yo me tenía que adaptar. Recuerdo que muchas noches lloré en mi habitación
por extrañar a mi familia, y en aquella época no había WhatsApp o Facebook para
poder sentirnos más próximos. Las llamadas telefónicas eran muy caras y no
podía llamar siempre.
En la
Iglesia también fue una lucha. No sabía hablar español y no conseguía atender a
las personas en la Iglesia, no las entendía y ellas mucho menos a mí. Fue muy
difícil para mí pues yo quería continuar haciendo lo que hacía en Brasil,
cuidar el pueblo, atender, orar…pero el idioma era una barrera para mí. Pero no
acepté esa situación. Comencé a hablar con mi esposo en español y aunque
hablara mal, él hablaba y me corregía. No quedé con miedo o vergüenza de
equivocarme. Hasta cuando iba al mercado o por la calle, yo intentaba hablar y
aun equivocándome yo no me avergonzaba cuando las personas me corregían. Me esforzaba para prestar atención cuando mi
esposo hablaba y siempre le preguntaba lo que yo no entendía. Hasta con él era
divertido hablar, pues yo hablaba portugués y él me respondía en español y a
veces no entendía nada de lo que él me pedía, imagina que él me pedía una torta
y yo le llevaba galletas jaja.
Después
de algunos meses, fuimos transferidos para Nueva York en medio del invierno.
Puerto Rico es caribe, clima tropical, mucho calor, y además me recordaba al
clima de Rio de Janeiro, no lo extrañé cuando
llegué allí, pero al llegar a Nueva York la temperatura estaba cerca de
los 0°C y no teníamos ropas de abrigo apropiadas. Mi esposo y yo temblábamos del frío.
Viajábamos en tren para ir a la iglesia, bajo la nieve. Salíamos para evangelizar y era tan frío que
no sentía los dedos o la punta de la nariz y orejas, pero estábamos felices,
evangelizando y ganando almas para Jesús. Después de algunos meses en NY fuimos
transferidos a Chicago, más frío todavía. El viento y la nieve eran tan
intensos que salir para evangelizar y hablar alguna cosa era una tarea muy
difícil, pues la boca se congelaba y los movimientos se tornaban lentos,
dificultando el habla. Aún con mucha ropa de frío, guantes, gorro para el frío,
botas, bufanda, el frío aún penetraba dentro de la ropa.
En cada
lugar que pasamos, hubo luchas, pero cuando vamos para donde Dios nos manda de
todo nuestro corazón, mirando sólo para Jesús y las almas que están allí
esperando que las alcancemos, conseguimos superar todas las adversidades y
adquirimos experiencia, y así Dios
honra. Cada lugar que pasé, cada dificultad que enfrenté, cada lágrima
derramada, cada desierto superado, le doy gracias a Dios, pues sé que sumaron
para nuestro crecimiento y madurez espiritual. No digo que fue fácil, porque no
fue, pero sé que fueron necesarias y hoy cuando miro para atrás, recuerdo cada
momento maravilloso que pasé, las personas de cada Iglesia, las vidas transformadas,
los rostros alegres, las amigas que conocí y el nombre de mi Señor siendo
glorificado, ¿existe algo mejor que eso? Sin duda alguna, servir a Jesús es la
mejor cosa que una persona puede hacer. Soy grata a Dios por haberme escogido y
hoy tener ese privilegio de servirlo.
Bueno,
nos vemos la semana que viene. Un beso grande y que Dios las bendiga.
Juliana Furucho
14 comments:
Hola buenos dias, estas palabras me hacen reflexionar una vez mas que la obra de Dios es maravillosa, y no importan las dificultades, lo que mas importa es ganar almas para nuestro Señor y eso nos deja un lindo sabor en nuestras vidas.
Hola Buen dia, me agrado mucho este articulo.. realmente pude lograr entender la Humildad que Usted tenia para aprender a pesar de la adversidad, y eso que uno que sirve a Dios, se en cualquier area, si uno es Humilde en aprender Dios siempre estara hay para ayudarno.
Realmente servir a Dios es un privilegio, pues muchas veces yo no me sentí capacitada para ser una obrera, hasta porque no quería ser una igual del montón, pero el querer puede más que otra cosa, y yo quería por creo que Dios me escogió aún con tantos errores que cometí en el pasado y que tal vez aún cometo Dios tiene misericordia de mi y me ama tanto que se que la bendición que me de en el Altar será el quien va a escoger la persona adecuada para mi vida, pero que principalmente tema a Dios para poder algún día (que solo el sabe si soy merecedora) ser escogida para hacer su obra en el altar :)
Lo que yo aprendí de este pasaje fue muy cierto y me iso pensar muchas cosas en el servir a Dios en el altar es algo muy serio que no cualquier persona puede hacer . Uno tiene que ser preparado para lo que viene un siervo de Dios porque al cualquier momento puedes estar llamada o llamado a otro lugar y no importa de nada Solo nos tenemos que preocuparse de las almas y para glorificar a Dios es duro sí pero yo aprendí Dios nunca dijo que para servirlo iba ser fácil . Solo hay que confiar en él y obedecer y él hará lo demás .
Fuerte eso Sra. Julianna servir a Dios en el altar es sacrificio más algo totalmente diferente. Es bueno servir a nuestro Señor donde sea y como sea!
Wow muy fuerte este mensaje pues nuestro yo no quiere sacrificar a nosotros los seres humano nos gusta facilidades y comodida pero cuando entregas tu vida en el Altar ya deja de ser tu vida y pasa a vivir la vida que Dios tiene para ti fue una lucha y siempre sera cuando servimos a Dios pero la victoria es segura muchas gracias señora Juliana por compartir esa experincia.
Cuando conocimos al Señor Jesus lo aceptamos, y nos comprometimos a servirle de todo corazón. Muchas veces servirle al Señor Jesús no es nada fácil afrontamos muchas dificultades, adversidades, problemas etc, es un modo de madurar espiritualmente no es fácil pero se gane mucho con estas adversidades. Nos disponemos a enfrentar cualquier dificultad por amor y de esta forma agrando a Dios y creciendo más con el.
Cada lucha o desierto que pasamos es necesario para nuestra madurez y crecimiento espiritual, y así podremos ayudar a las personas cuando lo necesitan.
exelente mensaje señora la obra de DIOS es muy maravillosa mas muchas veses se enfrentan luchas que solo DIOS es con uno mas se save que no importa donde uno este DIOS nos capasita en cada momento de nuestra vida . gracias señora por compartir su su blog
Cada lucha que pasamos es necesario para madurar espiritualmente.
Cada lucha que pasamos es necesario para madurar espiritualmente.
Excelente testimonio, Dios honra a los siervos y siervas que se entregan al 100% mirando únicamente al Señor Jesús.
Cada lucha y desierto que pasamos es necesario para nuestra madurez,crecimiento espiritual, y así dar lo mejor de nosotros hacia los demas .
Hola Sra.muy buena su experiencia ya que nadie dijo que era facil hacer la obra de Dios.
Marcela Lopez.
Buenos Aires.
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