Hola
amigas, dicen por ahí que las mujeres hablan mucho, tienen la fama de
habladoras ¿no es así?
Buscando,
quedé asustada con el número de palabras que normalmente pronunciamos por día,
no es por semana y sí por día, crean o no, nosotras hablamos un promedio de
20.000 palabras diarias, ¡y no les engaño con los ceros! ¡Creo que tengo
crédito, jeje! Sólo por curiosidad los hombres a penas hablan 7.000, digo apenas
comparándolo al número que hablan las mujeres.
Pero la
mujer de la cual les quiero hablar hoy estuvo delante del Señor Jesús y no
abrió su boca, como se acostumbra a decir, entró muda y salió callada, pero muy
bendecida.
“Uno de los fariseos invitó
a Jesús a comer, así que fue a la casa del fariseo y se sentó a la
mesa. Ahora bien, vivía en aquel pueblo una mujer que tenía fama de
pecadora. Cuando ella se enteró de que Jesús estaba comiendo en casa del
fariseo, se presentó con un frasco de alabastro lleno de
perfume. Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba
en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los
ungía con el perfume.”
Lucas 7:36-38
Ella no le dijo nada a Jesús, pero sus actitudes
hablaron por ella:
· estar
allí sin ser invitada, siendo una mujer de mala fama, probablemente prostituta,
ya era prueba de que reconocía el poder de Jesús y que ella quería cambiar, era
como si hablara: “estoy aquí arriesgando todo por una nueva vida y sé que el
Señor me la puede dar”
· arrodillarse
a los pies de Jesús era como decir: “no merezco estar aquí, pero vine en
búsqueda de socorro para mi alma afligida”
· su
llanto eran sus palabras de arrepentimiento: “perdóneme Jesús, estoy muy
arrepentida por la vida que he llevado, pero estoy dispuesta a comenzar una
nueva vida si el Señor me perdona”
· sus
besos eran como un reconocimiento y demostración de humildad y amor por el
Señor Jesús
· derramar
el perfume, sus ahorros ganados con una vida de pecado, era lo mismo que decir:
“aquí te entrego mi pasado, mi vieja vida, me desprendo de todo, no lo quiero
más. Todo eso lo entrego al Señor”
Cada actitud de aquella pecadora hablaba por ella,
Jesús entendió cada detalle que ella tuvo para con Él, ella sin haber hablado
siquiera una palabra, mostró toda su fe y salió de allí transformada, una nueva
mujer, compruebe:
“—Tu
fe te ha salvado —le dijo Jesús a la mujer—; vete en paz.” Lucas 7:50
Nuestras
actitudes, sean buenas o malas, hablan por nosostras mismas, nunca olvidemos
eso.
Me gustaría
mucho leer su comentario.
3 comments:
señora Tania es muy bueno este Post sabe ese es el problema muchas mujeres hablamos tanto que dejamos de fuera a Dios y el no puede actuar en nuestras vida por causa de eso es con actitudes llamando la atención de Dios que el sabe de lo que necesitamos solo vasta actuar
Dios le bendiga señora me encanto leer este post
con este post aprendi que nuestras actitudes hablan mas que nuestras palabras y siempre debemos vigiliar en la manera en como actuamos.
Es muy cierto señora este post es para pensar ya que nuestras actitudes y comportamiento reflejan lo que somos es por ello que tenemos que procurar ser discreta al hablar y de la manera en que diremos las cosas
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