La adoración debe fluir de nuestros corazones

Hola queridas, estamos viendo la importancia de la verdadera adoración ¡por eso es que proseguimos en tornarnos verdaderos adoradores!

Para que la adoración sea real, ella debe ser más que una simple expresión externa, como cantar, aplaudir o levantar las manos.

Ella pasa por lo que iremos a hablar e inclina su oído cerca de nuestro corazón. Dios escucha atentamente para ver si la adoración que sale de nuestros labios concuerda con la adoración de nuestro corazón, ve si ambas están en sintonía. 

Pienso que muchos han procurado impresionar a Dios con talento y buena música, mientras que Dios es movido por la adoración de nuestro corazón.

La adoración que Dios busca no está en la habilidad de adorar, Él mira para la adoración que es entonada en su corazón.

No tienen nada que ver con cuán bien usted canta o toca, pero sí tiene todo que ver con la condición de su corazón mientras adora.

Entonces, debemos ver la real intención de nuestro corazón. Pero ¿Cómo podemos verdaderamente decir que hemos adorado a Dios, cuando nuestro corazón están llenos de heridas? Es tiempo de que usted siga adelante y siga más allá de las heridas del pasad. Por favor, pida, hoy mismo, a Dios que remueva todas esas heridas y dolores, todas las amarguras ocultas y la rabia que no sólo están contaminando su corazón, sino que también están robando el deseo y futuro que Dios tiene para usted.

No asocie adoración con música y aplausos, con danza, eso hace parte pero la verdadera adoración es aquella en la cual nos entregamos de cuerpo, alma y espíritu.

¡¡La adoración es aquello que somos, no aquello que hacemos!!

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Besos dulces.

Catia Rubim