miércoles, 25 de febrero de 2015

Experimentando el extraordinario


Hola queridas ¿Todo bien?
Hoy compartiré con ustedes algo que he vivido y aprendido mucho en relación al tema que hemos abordado en los últimos posts "Adoración", y cómo todo está integrado.
Así como cada día camina hacia el final, estamos cada día más cerca de la venida del Señor Jesús.
Cada día Sus deseos son más los míos.
Saben, yo siempre tuve amor por las almas,  además fue por eso que fui llamada para servir, pero Dios me confrontó con una pregunta ¿a qué renunciaría por amor a ellas?
Esa pregunta no sólo cambió mi vida, sino que me sacudió.
Mientras yo ponderaba la importancia de esa cuestión, sentí el peso de ella en mi corazón.
Dios me había llamado, Él me había llamado para colocar a los perdidos en primer lugar, inmediatamente reconocí y pedí perdón por no haber tenido Su corazón por los perdidos, y me dispuse a darme mucho más y mantener contacto con ellos, y lo que verdaderamente necesitan y precisan es ser amados y cuidados, especialmente a aquellos que no conocen a Jesús.
Muchos necesitan ser rescatados de las garras del infierno. El gran llamado en mi y en su vida es para que seamos ganadores de almas, así como Él lo fue.
¡Esa experiencia me ayudó a entender que es todo sobre las almas! Eso era lo que estaba faltando en mi adoración.
Aquella pasión fue intensificada y pasé a colocar mi vida más a favor de los perdidos, y claro que cuando reconocemos y actuamos en la fe, en la práctica los resultados surgen.
Pude entender que mi intimidad con Dios no bastaba solamente, Dios me hizo entender claramente que si no salía y tomaba ese lugar, mi adoración era en vano. Con eso no estoy diciendo que debemos tener nuestra intimidad de lado, nada de eso, hasta porque no podríamos dar lo que no recibimos, pero si nuestra visión es retener todo, eso sí es en vano.
Por ejemplo, los discípulos no retuvieron, ellos recibieron el poder de Dios y entonces lo llevaron a las calles, Moisés no quedó todo el tiempo en la montaña luego de haber encontrado la Gloria de dios, él partió y ministró el pueblo.
¿Y saben que es lo tremendo? ¡Que cuando cuidamos de aquello que es de Dios, Él cuida lo que es nuestro!
Y muchas de las veces, la persona busca mucha unción, mucho de la presencia de Dios, cuando la mayor presencia y unción de Dios que podemos experimentar es cuando llevamos un alma a Sus pies.
He vivido eso y es el gozo mayor que podemos sentir y experimentar, ninguna conquista se compara al gozo de ganar un alma y hacer de ella un discípulo. Debemos ansiar llevar con nosotros el máximo número de personas que podemos para el cielo, ¿cómo podía hacer algo menos que eso?
Yo quiero oír a Jesús diciéndome "¡Muy bien!"
El Señor respondió: Muy bien, siervo bueno y fiel.
En lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré. Venga y participe de la alegría de mi Señor (Mateo 25:21)
Agradar a Jesús debe ser nuestro mayor deseo.
Y una cosa sé: el privilegio que es servirlo, ¡¡es la mayor honra que cualquiera de nosotros puede experimentar!!
Todas las veces que llevamos un alma perdida a Dios, enjugamos una lágrima de Él, si esa es nuestra visión no tenemos cómo no luchar por ganar el mayor de almas perdidas.
Y ahí vamos a ver una sonrisa en el rostro de Dios y en el rostro de nuestro prójimo.
Si te ayudó comparta su experiencia y si estas en la misma fe que yo, deja tu comentario.
¡Hasta la otra semana!
Besos dulces
Catia Rubim 

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