miércoles, 24 de diciembre de 2014

Me gusta mucho conmemorar la Navidad ¿Y ahora?


¡Hola queridas! Cómo he extrañado a todas, estoy de nuevo aquí para abordar un tema de suma importancia, creo que todas han tenido la oportunidad de aclarar sus dudas acerca de este tema, pero voy a hacer un resumen sobre el mismo y responder algunas preguntas.
Existen muchas personas que aún se resisten a este asunto, otras ignorantes en relación a lo que la Palabra nos enseña en esta época, debido a que no invierten tiempo en la meditación de la misma ¿Recuerdan que siempre digo que la Palabra es nuestra brújula y en ella encontramos respuestas para todas nuestras dudas?
Alegrías y regalos son una parte, muchas personas piensan que la Navidad es el nacimiento del Señor Jesús, o que es una fiesta de paz, confraternización y alegría...
Conmemoran aquella fecha del 25 de diciembre, de buena voluntad  despreocupadamente, creyendo que están haciendo algo bueno y sincero.
Si pensamos bien, vamos a ver que nunca nos preocupamos o cuestionamos de manera adecuada sobre esta tan abominable fecha, de su origen y verdaderas intenciones.
La excusa más común es oír a todo el mundo que conmemora ese día decir que al final es una fiesta de paz,en otras palabras es una tradición que ciega las actitudes de las personas. El mismo tipo de tradición judía con el que el Señor Jesús se ganó una fuerte reprimenda ( Marcos 7:8,9 y 13).Tradición religiosa que muchos aprecian y sin pensar afirman: "¡fui enseñada en esta tradición, y moriré  en ella!".
Debemos distinguirnos de este grupo del mal, ¡pues para eso estamos aquí!
No somos iguales al mundo. Como siervos de Dios es necesario que nuestro testimonio sea completo.
Cuando buscamos hacer la voluntad de Dios, cumpliendo el mandamiento de ser la sal de la tierra, la luz del mundo, es inevitable tener actitudes diferentes a la de los incrédulos.
Cuando hacemos esto, muchos nos acusan de fanáticos, radicales, extremistas, o... de no tener amor para con los otros.
Sin que sepan que fue exactamente este el ejemplo dado por el propio Señor Jesús.
Seremos los jueces que juzgarán el mundo ante los ángeles ( I corintios 6:2,3); no podemos, por lo tanto, conformarnos con este mundo ( Romanos 12:2), (II corintios 7:1), viendo que la amistad con el mundo es enemistad con Dios.( Santiago 4:4).
Cuando participamos y nos armonizamos con el mundo (para no quedar como antipáticos), estamos siendo cómplices del mal, siendo piedras de tropiezo para la acción de Dios a favor del mundo. El mundo necesita ver personas transformadas según el carácter de Jesús. 
Y usted pregunta: pero entonces ¿por qué aún me gustan tanto las fiestas? ¿quiere que le responda?
Por falta de crecimiento espiritual; por causa del viejo hombre, el hombre adánico que existe en nosotros, y que aun predomina; por causa de la tradición ciega, a la que aun nos aferramos. En fin, en cuanto cada uno de nosotros aun persiste en continuar como creyente carnal, prevalece el mundanismo que nos lleva al engaño.
Si usted aun se identifica con tales prácticas, aun esta a tiempo de hacer la diferencia e influenciar este mundo, y no ser influenciado por el.
Deje aquí su comentario y comparta su experiencia, y sobretodo ¡asuma su fe!
Besos dulces, hasta la próxima semana
Cátia Rubim

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