miércoles, 4 de junio de 2014

Dios tiene todo bajo control, a Él le importas.


¡Hola queridas! Ya van varias semanas compartiendo experiencias y creo que si permanecen firmes recogerán sus frutos, ¿están dispuestas a continuar "continuando"?
¿Ya paró para pensar cómo Dios podría utilizar tus pecados pasados, las heridas que sufriste, los dolores que soportate y el rechazo que experimentaste para ayudar a otros?
Hubo un período en el regreso de mi fe en Jesús, que quedé deprimida por causa de mi pasado. El diablo continuamente colocaba dentro mío "lo que podría haber sido". Mi mente se tornó un campo de caza de Satanás, mientras yo pensaba cómo las cosas podrían haber sido diferentes.
Como todas las personas, yo también tuve sueños y expectativas al respecto de cómo debería haber sido mi vida. Cuando esos pensamientos "de lo que yo podría haber sido" o "lo que podría haber tenido" me perseguían, mis emociones disparaban, entrando así en un colapso y dejándome en pedazos. Era difícil enfrentar eso. Yo quedaba consumida por los recuerdos del pasado... y el futuro no me prometía nada.
¿Consigues imaginar eso mi amiga? ¿no es un pedacito de infierno? Quieres lo que los otros tienen, y sientes que la vida, o hasta mismo Dios, maliciosamente te privaron de la felicidad.
¿Miras para aquellos que fallaron contigo y sabes que la relación que tenias con ellos no será lo mismo o lo que debería ser? ¿Te sientes avasallada por un batallón de sentimientos? Por un momento quieres el amor y la aprobación de ellos, por otro momento deseas atacarlos porque algo dentro de tus pensamientos aprieta el gatillo de los recuerdos del pasado y del fracaso y ellos no merecen su amistad.
Tal fracaso corroe como una dolorosa úlcera.
Y ahí, ¿cómo has reaccionado ante esos pensamientos? ¿Hay algún bálsamo espiritual que pueda curar los recuerdos dolorosos de tu pasado? Sí, la cura comienza en la comprensión de que Dios tiene todo bajo control.

Todo tu pasado tiene un propósito en el plan soberano de Dios. Ante eso, el diablo quiere que pienses de manera diferente. Él es mentiroso, el destructor que, desde el jardín del Edén, continúa susurrando en la mente de los hombras el pensamiento de que Dios no se importa, que Dios no desea nuestro bien. Es así que en su mente, en sus pensamientos, que la batalla contra su cura se desencadena, ¡pero la victoria esta a ser conquistada!
Como ya sabes, mi vida no está libre de heridas. Pero conociendo la Palabra de Dios, soy capaz de permitir que Dios cure esas heridas cada vez que aparecen.
Si mi vida fuera como soñe, no habria heridas, ni tampoco sufrimiento. Así es que mis heridas me capacitan a relacionarme contigo, a comprender de dónde vienes. Puedo comunicarme contigo de una manera que me lleva a percibir que tu puedes vivir una vida siendo más que vencedora. Puedo decirte con total certeza que hay un bálsamo que cura.
En el post de la semana que viene, compartiré con ustedes algo que pasé, algo muy fuerte acerca de cuando yo me comencé a levantar...
Si te ayudó deja tu comentario, ¡compartamos nuestras experiencias!
Besos dulces 
Catia Rubim

1 comments:

Unknown dijo...

Amen.cuando estamos con la protección de Dios todo esta bajo control en en nuestra vida y en todo lo que hacemos.

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