lunes, 17 de marzo de 2014

Yo soñé con Dios



Tal vez usted ya leyó sobre personas que murieron y tuvieron la experiencia de ir al infierno, y hasta se convirtieron a raíz de eso. Pero hoy, quiero contarles sobre una experiencia que tuve hoy. Así es, yo soñé con Jesús. Que genial, ¿verdad?

Anoche soñé que Jesús vino a buscarme. En otra ocasión soñé que los ángeles venían a buscarme, pero esta noche fue diferente, fue el propio Señor Jesús que vino por mi alma. ¡Qué alegría! Yo estaba tan feliz en el sueño, que gritaba, brincaba, lo abrazaba, le agradecía, no sabia como expresar mi tamaña alegría de ver a Jesús allí conmigo. Me desperté hasta un poco triste, porque sabía que había sido apenas un sueño, pero la alegría de la salvación aun estaba conmigo. Pasé todo el día pensando en eso y hasta lo comenté con mi esposo. Y lo más interesante es que todas las semanas pido a Dios que me muestre qué escribir en los posts, que sea de la voluntad de Él siempre, y hasta había preparado otro post, pero, por increíble que pueda parecer, yo soñé con Jesús justo hoy y entonces, es de Él que hablaré.

¿Ya ha visto cuando un niño queda tan feliz por recibir un regalo y que no logra esconder su gran alegría? Así estaba yo en mi sueño. Era esa mi alegría de la salvación. Cuando fallezcamos o Jesús regrese, esa será nuestra alegría, ver a Jesús y saber que alcanzamos nuestra salvación. Pero, ¿y si usted no tiene la certeza de su salvación en este momento? Piense conmigo,  si usted se muere ahora, ¿para dónde va su alma? ¿Usted tendría la alegría de ver a Jesús o lo que usted vería serían los demonios llevando su alma para el infierno? Si usted no tiene la certeza de que está salva, ¿qué es lo que le falta entonces? ¿Cuál ha sido su error? ¿Un rencor? ¿Un resentimiento? ¿Un pecado? ¿Pereza de buscar las cosas de Dios? ¿Un orgullo? ¿Un deseo carnal? ¿Una curiosidad de conocer las cosas de este mundo? ¿Las amistades? 

Ahora piense conmigo, todas esas cosas satisfacen su carne momentáneamente, pues usted está haciendo lo que su carne está pidiendo, lo que su corazón demanda, pero esa satisfacción no trae alegría, ni paz de espíritu y le pregunto: ¿vale la pena que usted tenga rencor hacia alguien que quizás ni sabe que te hizo daño? Quizás la persona esta feliz y usted se queda ahí toda amargada porque no la perdona. ¿Vale la pena vivir en el pecado? ¿Vale la pena satisfacer su carne y vivir conforme lo que dicta su corazón si bien en el fondo usted sabe que está errada y que no está agradando a Dios, poniendo así, su salvación en riesgo? Cuando la persona que practica tales cosas llegue al infierno, ¿cree usted que ella se va a acordar del rencor, del pecado, del corazón corrupto? Ella se va a lamentar porque se dejó llevar por todas esas cosas y va a decir: “¿Por qué fui tan boba? ¿Por qué no me esforcé un poquito más? ¿Por qué no oí los consejos?” Y el lamento no terminará. Y te pregunto: “¿va a valer la pena?

Yo prefiero mil veces sacrificar mi carne, mis deseos, buscar saber cuál es la voluntad de mi querido Señor y hacerla, prefiero cuidar de mi salvación ahora y vigilar, perdonar, pedir perdón, humillarme a los pies de Jesús, que correr el riesgo de morirme y lamentarme por toda la eternidad por no haberme vencido a mí misma. Ese sueño que tuve sólo fortaleció aun más mi deseo de buscar mi salvación y por la salvación de todas las personas que estuvieren a mi alcance. Amigas, no dé  brechas al diablo, cuide de su salvación, ella es lo más importante que tenemos. Busquemos nuestra salvación para que podamos salvar, Dios quiere contar con usted, hay muchas almas que necesitan ser salvas aun, no vamos a

perder ni un minuto más, ¿ok?   Lean esta semana: Apocalipsis 21 y 22

Juliana Furucho

2 comments:

carmen dijo...

la decision es nuestra, o aceptamos vivir con JESUS o lo dejamos, excelente mensaje

Unknown dijo...

No vale la pena perder la salvacion por cosas de este mundo. es nuestra decision seguir o continuar

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