martes, 3 de julio de 2012

Mini Novela “Ziva 2” - Nuevo Comienzo

Leila todavía aturdida por el golpe que llevó, fue corriendo para su casa para decirle a su madre lo sucedido.

"Madre, madre, ven pronto, no sabes lo qué pasó", dijo Leila sin aliento y casi sin poder respirar, estaba llorando.

Cuando la madre oyó la angustia de Leila desde el interior de la casa pudo saber que algo terrible había sucedido, tiro el vestido que estaba bordado y salió al encuentro de su hija.

"¿Qué pasó hija mía?, ¿dónde está tu hermana?", Dijo la madre con el corazón palpitando.

"Madrecita, los soldados sirios se llevaron a Ziva, yo intente detenerlos, pero no conseguí, se llevaron a mi hermana en cautiverio", lamentaba Leila con el rostro cubierto de lágrimas.

"Entra Leila, vamos a orar, nuestro Dios no va a desamparar a tu hermana, ella es una chica de mucha fe y yo sé que el Dios de Israel la guardara y la protegerá.

Mientras tanto, Ziva veía su linda ciudad quedándose para atrás, sus ojos llenos de lágrimas brillaban como un cristal, no sabía a dónde iría y de pensar que no vería mas a su familia la angustiaba demasiado.

En su mente pasaba un torbellino de pensamientos, adonde iría, lo que iría hacer, cuando volvería a ver a su familia, eran preguntas sin respuesta.

Los soldados iban con rapidez, hasta que llegaron a la casa de Naamán, general del ejército del rey de Siria, donde dejaron a la joven Ziva.

"¿Cuál es su nombre joven?", Dijo la ama de casa.

"Ziva, señora", respondió aún con los ojos llorosos.

"Tu serás mi sierva, ven y te mostrará tu habitación", dijo la esposa del comandante.

La habitación tenía una pequeña cama de madera y una mesita de noche, una pequeña ventana en la pared, pero con una hermosa vista del jardín.

Ziva se acostó en la cama y comenzó a hablar con Dios: "Señor, ¿cuál es su propósito para mí en esta casa? que yo vine hacer aquí, ayúdame, Dios mío, necesito que me des fuerzas para superar esta situación.

Esa noche Ziva no consiguió dormir bien, no podía dejar de pensar en su familia, los recuerdos de su día a día no salían de su cabeza.

Cuando se despertó con los rayos del sol que entraba por la ventana pequeña, hasta pensó que estaba en casa, pero pronto se acordó de todo lo que había sucedido.

Se levantó y se vistió, de repente se recordó que Leila siempre le hacia una trenza en su cabello y reían juntas antes de salir al pozo.

Pero pronto volvió a la realidad y salió para comenzar su trabajo, fue directamente a la cocina, cuando sintió el olor del pan era inevitable no pensar en su madre. La mente voló lejos.

"Buena días Ziva, te despertaste temprano, ¿dormiste bien? ¿Ziva me escuchaste? "Preguntó la señora, por segunda vez.

"Oh, sí, mi señora", respondió ella asustada por estar con el cuerpo presente pero el pensamiento bien lejos.

"Hoy te voy a mostrar tus obligaciones, no te aflijas no te daré trabajos pesados."

"No se preocupe señora, yo estoy aquí para servirle y hare mi mejor."

"Vamos a preparar el desayuno para mi esposo, él está enfermo, necesitamos tener ciertos cuidados, te voy a enseñar cómo hacerlo."

Naamán era un hombre importante e influyente, hombre de confianza del rey de Siria, pero tenía un gran problema, estaba leproso.

Los días fueron pasando y Ziva se desenvolvía bien en las tareas domesticas, sus señores le tenían cariño, su manera servicial, considerada y desinteresada conquisto el corazón de Naamán y su esposa, había algo diferente en Ziva, algo que cautivaba, pero no sabían lo que era.

Continúa el próximo lunes

1 comments:

Anónimo dijo...

sra tania, es muy linda la novela. y deja un ejemplo a seguir, de como una se tiene q desenvolver en la vida. dios la bendiga abundantemente..

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