“Entonces unos decidieron dar
este falso testimonio contra él:
—Nosotros le oímos decir: “Destruiré este
templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres.”
Pero ni aun así concordaban sus
declaraciones.
Poniéndose de pie en el medio, el sumo
sacerdote interrogó a Jesús:
—¿No tienes nada que contestar?
¿Qué significan estas denuncias en tu contra?
Pero Jesús se quedó callado y no contestó
nada.
—¿Eres el Cristo, el Hijo del
Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.
—Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al
Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes
del cielo.
—¿Para qué necesitamos más
testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras— ¡Ustedes han oído
la blasfemia! ¿Qué les parece?
Todos ellos lo condenaron como
digno de muerte.” Marcos 14:57-64
Jesús, siendo falsa e
injustamente acusado, no abrió la boca para justificarse contra aquellas
injurias, Él no estaba preocupado en
probar nada para nadie, pues confiaba que Dios era quien Lo justificaba.
Mientras lo cuestionaban acerca de quién era, Él respondió con la verdad.
Ahora, imaginen la escena si
delante de la situación Jesús quedara alterado y comenzara su defensa diciendo
“Yo no hice nada de eso; Yo sólo he ayudado a las personas; ellos son unos
mentirosos, no les agrado y por eso inventan esas cosas; son unos endemoniados;
que caiga fuego del cielo y los mate a todos.” No imaginan una escena así ¿No
es así? Pues así es, pero ¿será que no es así que han actuado delante de
situaciones similares?
En la Obra de Dios con certeza
usted también pasará por injusticias, malos entendidos o hasta falsas
acusaciones.
En esos momentos muchos se
rebelan, quieren defenderse, hacer justicia con sus propias manos y hasta
lanzar plagas contra quien levantó tamaña falsedad.
Quedan desesperadas, angustiadas
y hasta desconcertadas, pues al final de
todo ser acusada por algo que no cometió duele en el alma. Jesús pasó por eso y
se mantuvo callado.
Siempre que la persona quiere
justificarse en medio de su desesperación, es lo mismo que dejar a Dios de lado
y tomar el frente de la situación. Lo contrario a confiar y dejar todo en las
manos de Dios, dejando que Él la justifique.
Es evidente que cuando se le
pregunta, ella responderá con la verdad, como hizo Jesús, de otro modo usted
tendrá que saber esperar en Dios, aunque durante esa espera usted sufra, pase
vergüenza, se sienta humillada, reciba
miradas de juzgamiento o desprecio, tendrá que ser fuerte para
enfrentar.
Si durante el proceso usted
siente rabia, frustración, se siente cansada, piensa que Dios está lento, que
nada sucede; usted demuestra una vez más que no confía.
La realidad es que usted no
entrega el control en las manos de Dios, usted quiere conducir y ya se ha estrellado.
¿Cómo
ha reaccionado ante las acusaciones e injusticias? ¿Usted conoce a quién está
en el control de todo?
Deje su comentario y sea sincera en su
respuesta, este ya será el primer paso para reconocer, llamar las cosas por su
nombre, y entregar de una vez el control de su vida a Dios.
8 comments:
Nuestra naturaleza lleva a que siempre queramos tener la razón y queramos quedar bien delante de las personas, sin embargo a veces lo único que esto logra es traer roces innecesarios, problemas mayores que se hubiesen evitado si uno simplemente hubiese guardado silencio.
en estos momentos limites nuestra fe es probada.
por naturaleza queremos siempre aclarar todo y justificar porqué paso tal cosa. Pero esto es nuestra naturaleza humana, cuando aceptamos al Señor Jesús también adoptamos sus formas. o sea el en una situación de limite no se justifico porque entendía que la justicia venia de la mano de Dios.
Gisel Tatiana
Pasamos momentos de injusticias, por algo que no cometimos y normalmente nuestra reacción es en defendernos y no sabemos esperar en Dios que en su debido tiempo va a mostrar que no fue como decían que era
Es natural que cuando pasamos injusticias querramos defendernos y tomar cartas en el asunto,pero ahí es donde debemos confiar en Dios.Si somos injusticiados Dios sera quien nos defienda y demuestre la verdad.
Debemos tomar calma y poner todo en manos de Dios,Dios no desampara al siervo que le honra y es fiel.
Hola Sra. Tania es normal pasar por injusticias pero es necesario que pasemos por esa situación, para probarnos a nosotros mismos, ahi es cuando se ve si uno es de Dios.
Marcela Lopez.
Buenos Aires.
Buenas Tardes señora¡¡ lo mejor en lo momentos de injusticia es no querer defenderse, sino dejar por mas que duela que se dificil pero lo mejor en ese momento es mirar para Dios y dejar que el la Justifique porque la justicia es de El.
siempre queramos tener la razón y queramos quedar bien delante de las personas, sin embargo a veces lo único que esto logra es traer roces innecesarios, problemas mayores que se hubiesen evitado si uno simplemente hubiese guardado silencio.
Jesus no estaba preocupado en probar nada para nadie, pues confiaba que Dios era quien Lo justificaba.por eso mismo debo esperar callada sin esperar justificarme en los momentos de injusticias y malos entedidos.
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