Hola amigas, ¿todo bien? Estuve
pensando estos días y noté que muchas jóvenes dentro de la Iglesia e incluso
aquí en los comentarios, están desanimadas y desmotivadas, están poco a poco
enfriándose en la fe y ¿por qué ha pasado eso? ¿Usted está así también?
¿Sabe cuando eso acontece?
Cuando comenzamos a mirar para los lados al revés de enfocar nuestra mirada en
Jesús. Así es, cuando vemos el impío prosperar, cuando vemos otras personas
siendo bendecidas, cuando parece que para nosotras todo es más difícil, cuando
parece que todos son bendecidos menos nosotras; cando vemos injusticias, cuando
somos maltratadas… y muchas otras situaciones que pasamos y miramos para ellas
y no para Dios. Cuando dejamos de confiar y tener la certeza de que Dios sabe
de todas las cosas y no hay nada que pasa desapercibido delante de sus ojos, y luego
comenzamos el cuestionamiento: ¿Por qué? ¿Por qué yo? Por qué ella? ¿Por qué
eso? ¿Por qué aquello? ¿Y qué pasa? Nos entristecemos, obviamente.
¿Cuándo fue que Pedro hundió?
Cuando miró para las olas. ¿Cuándo fue que David pecó? Cuando miró para la
mujer de su ventana. Cuando miramos para los lados y vemos todo, menos Dios,
es ahí que las emociones y sentimientos comienzan a hablar fuerte con nosotras
y acabamos entristeciéndonos. El diablo también aprovecha la oportunidad para
hacernos ver las cosas mayores que realmente son o nos hace ver cosas que no
existen, pues sacamos conclusiones sin saber la verdad. Es entonces que viene
la tristeza, decepción, sentimientos de injusticia, de rechazo, las dudas
llegan, las oraciones pierden la fuerza, la fe disminuye, y cuando menos
esperamos, estamos frías y desanimadas espiritualmente.
¿Y qué debemos hacer entonces?
Poner la mirada en Jesús siempre. Esas situaciones arribas mencionadas siempre
van acontecer, pero lo que hace la diferencia es nuestra reacción delante de
ellas. Al revés de sentir envidia de los demás, indígnese en contra de su
situación, vaya a los pies de Jesús, use su fe y luche. Al revés de reclamar y
llorar, busque la solución de su problema. Su vida es el resultado de sus
reacciones. Reaccione bien siempre. No se entristezca por ver los demás siendo
bendecidos, alégrese por ellos y luche por su bendición también. Confíe en
Dios, Él tiene lo mejor preparado para usted y use su fe.
Y si usted está desanimada,
decida salir de esa situación HOY. Cambie su pensamiento, cambie su reacción,
ponga en su cabeza el pensamiento de que usted es fuerte, que puede, que Dios
es con usted y Él le bendecirá. Empiece ahora a pensar bien de usted misma,
ore, alce la mano, amarre el diablo que quiere sacarte de la presencia de Dios,
indígnese en contra del desanimo, lea la Biblia, vaya más veces a la Iglesia y
recuérdese de no mirar para nadie ni para los errores de nadie, cada uno dará
cuentas de sus actos delante de Dios, vaya a la Iglesia a dar su todo para
Dios, para buscarlo y no para mirar para los demás, decida servirlo y Él te
honrará.
Un beso grande a todas y nos
vemos semana que viene. Dios las bendiga.
Juliana Furucho
4 comments:
Muy buena palabra, me ayudó mucho! ¡Gracias!
Muy bueno
Ha en este momento yo me encuentro en esa situacion.Mis pensamientos no estan enfocados en Jesus y si en mis sentimientos y emociones.
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