miércoles, 16 de julio de 2014

¿Qué es lo que más te molesta? “Complejos”


Como  prometí la semana pasada en el post “lo que más te molesta”, hoy hablaremos de dos complejos y de cómo los vencí.
Bueno, yo era una niña normal y feliz, siempre fui flaca pero no pensaba eso, mi mamá me arreglaba siempre como mejor le parecía y siempre creía que estaba linda, jiji, no tenia problemas con mi apariencia.
Hasta que fui adolescente, en ese período comencé a comparar mi cuerpo con el de las demás chicas de mi edad y fue cuando inicié mi ¡proceso de búsqueda de defectos!

El cuerpo de ellas se desarrollaba más que el mío, yo no tenía ningún defecto físico, apenas era flaca, pero a partir de ese momento comencé a mirarme con malos ojos y a creer que era fea y menos desarrollada, no entendía porque.

Tenía vergüenza de mis piernas finas, no me gustaba usar faldas o shorts, creía que los huesos de la clavícula eran muy puntiagudos. A partir de ahí comencé a darle trabajo a mi madre en el momento de las compras, lo que en el pasado era un placer, se tornó una pesadilla, corría por todos los negocios y no encontraba ropa que me quedara bien, y miren queridas que yo hacia a mi madre caminar, jaja pobrecita.
Yo hasta tenía ropa más bonita que la de mis amigas, pero eso no me alegraba, yo quería tener el cuerpo que ellas tenían.
No me cansaba de buscar defectos, hasta que las personas elogiaban en mi lo que yo creía que era feo, las personas siempre me decían “que ojos lindos, tan grandes y expresivos” y yo pensaba, “detesto mis ojos saltones”, el diablo distorsionaba todo en mi mente. No servía que mis familiares hablaran lo contrario, esa como yo pensaba y punto, ellos eran los equivocados, pensaba que hablaban para agradarme, pero todo era mentira.
Eso me hacía sentir inferior a las demás chicas, no gustaba de mi misma, no me aceptaba como era y ahí estaba mi gran problema.
Los complejos trajeron otras cosas, quedaba triste, insegura, ¡y a veces hasta lloraba!
Al llegar a la iglesia a los 16 años, fui escuchando las enseñanzas, y con el tiempo comencé a mirarme de otra manera.
A decir verdad, comencé a enfocarme más en mi interior y mi foco no era más mi cuerpo.
Cuando yo me acepté, me amé como era, aprendí que no soy una costra, entonces dejé de tener malos ojos con mi apariencia.
Yo seguía siendo flaca, pero ya no me comparaba con nadie, aprendí a valorizarme, a ser más confiada.
Lo que Dios me daba iba más allá de todo eso, que simplemente me rechazaba y no me quería. Ahora todo tenía un nuevo sentido, yo era feliz en mi interior.
Es así que vencí mis complejos de la adolescencia, ¡cuando paré de compararme, aprendí a amarme y me arreglé en mi interior!
Y usted amiga, ¿va a tomar esa actitud o seguirá acomplejada? Estoy ansiosa por leer sus comentarios.

Les dejo una foto de cuando era niña, para reír un poco! Yo soy la de la izquierda, sin diente, kkkk





3 comments:

Anónimo dijo...

jeje qe fotoo!!! la verdad es cierto aun no logro vencer eso en mi me parece qe todas tienen mejor gusto qe yo y me cuesta combinar a la hora de salir tardo minimo una hora me cuesta decidirme con respecto a la ropa soy indesisa....y eso tambien me ha jugado en contra en otros aspectos...estoy luchando para vencer ese horrible sentimiento,ese complejooo....como hacerrr????

Anónimo dijo...

Dios habla lo ke necesitamos verdad?
Muchas personas elogian mi apariencia y aun asi no logro vencer mis complejos "estatura" y mas, aunke ellas tal vez no se imaginan lo ke siento..gracias por su post ahora se ke hay ke seguir perseverando hasta k logre vencer estos "complejos" y se ke lo lograre ya ke Disos me ayudara...

juanita tomay dijo...

Eso fue algo que tuve que enfrentar mis complejos el que estaba gorda el.que estaba muy chaparra yo misma me autocriticaba. Me.di cuenta que fui creada por Dios y el nunca se equivoca que soy unica

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