Dalila cautivó a Sansón con su belleza y su encanto. Ella era aquel tipo de mujeres que tenía que conseguir lo que quería, aunque para eso tuviera que hacer un drama y llorar toda la semana.
La mujer seductora tiene sus propios métodos, es insistente, provocativa e instigadora.
Dalila le engatusó y persuadió, se quedó molesta y haciendo pucheros hizo exigencias.
Con su habilidad para manipular y seducir ella descubrió el secreto de su marido y le entregó a sus enemigos a cambio de dinero y sin ningún remordimiento.
A fin de cuentas, ese era su propósito desde el comienzo.
Sansón nunca debió haberse casado con una mujer extranjera, o sea que no era de la misma fe.
Ser precipitados les llevó a la destrucción, casarse apresuradamente sólo por la atracción física es un paso peligroso.
Infelizmente en la actualidad también vemos este tipo de comportamiento y a veces en mujeres que están dentro de las iglesias, mas con la única intención de seducir.
Son mujeres que no respetan compromisos y actúan de manera consciente e intencional.
Ellas saben muy bien lo que hacen, saben que está mal, mas quieren ir hasta el fin.
La mujer sensual usa su poder de seducción para alcanzar sus objetivos maquiavélicos y ambiciosos sin tomar en cuenta la palabra de Dios.
Ya escuchaste aquella frase: “no me importo si es comprometido, todavía no está casado, voy a seducirlo hasta el fin, él será mío...”.
O aquella otra: “no me interesa si es casado, yo voy a lograr mis objetivos, voy a tener lo que quiero aunque tenga que pasar por encima de todos”.
Siempre actúan con segundas intenciones, para conseguir ya sea al hombre, dinero, posición, promoción o simplemente por el placer de destruir.
Claro que el fin de estas mujeres no será nada bueno, pues Dios no tolera este tipo de comportamiento.
1 comments:
Misael
Uno tienhe que aprender a confiar en Dios, si te dejad guiar verdaderamente por el Espiritu Santo no vas hacer como dalila, que uso su belleza para conquistar lo material......
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