domingo, 11 de marzo de 2012

Mini Novela Dina -El trato

Jacob estaba en su tienda de rodillas con el rostro en el suelo, su corazón estaba destrozado, no dejaba de pensar en su hija, y por momentos recordaba cuando ella era pequeña, con un profundo suspiro, las palabras salieron de su boca - ¡Dios de Abraham y Dios de Isaac! Dios mío, ¿y ahora qué hago? - Y así permaneció Jacob dentro de su tienda.

Dentro de la tienda de Lea, Dina estaba siendo atendida por su madre, ella estaba muy asustada.

- ¿Y ahora mamá que será de mi? - dijo Dina llorando.

Lea la apretaba contra su pecho, ambas estaban sufriendo, Jacob estaba en silencio, sus hijos estaban todavía en el campo. Lea no quería ni imaginar lo que podría suceder, la verdad era que la confusión estaba armada, no había vuelta atrás, se abrió un espacio para el mal y las consecuencias no se hacían esperar.

El joven Siquem le contaba lo sucedido a su padre, y le suplicaba que hablara con Jacob.

- ¡Padre amo a Dina, y quiero que ella sea mi esposa!

-¡Pero hijo que vamos a hacer ahora, tu sabes que son un pueblo con costumbres diferentes a las nuestras, no tenemos ni idea de lo que pueda pasar si vamos a hablar con ellos!

- ¡Pero padre, yo estoy dispuesto a dar mi palabra a su padre, yo la quiero como mi esposa! Y no se olvide de que Jacob es un hombre muy rico, y eso también nos conviene para el crecimiento de la ciudad que emparentemos con ellos.

Así Siquem convenció a su padre y juntos se dirigieron hacia el campamento de Jacob. Saliendo de la ciudad Siquem, vio la banca del mercador de telas, donde él y Dina se habían encontrado por primera vez y compró la tela amarilla que le había gustado a Dina para llevárselo de regalo.

En el campamento se escuchaba un alboroto, como de costumbre cuando los hijos de Jacob volvían de pastorear el rebaño, sólo que esta vez nadie salió al encuentro de ellos, a no ser Jacob que muy angustiado les dijo:

- Hijos míos, sucedió algo terrible, ¡no se maginan lo que pasó con Dina!

- ¡Habla luego padre! Porque estas tan serio, ¿que se lesionó? – Dijeron ansiosos.

- ¡No! Ella se apartó del campamento, quería ver el estilo de vida de los habitantes de Siquem, y un hombre la violó.

- ¿Cómo? lo va pagar, eso no quedara así, dijeron los hijos de Jacob tremendamente enojados e indignados.

- ¿Quién hizo semejante atrocidad con la hija de Jacob, que se cree el?

El sentimiento de venganza y justicia les corría por las venas, era momento de actuar, no dejarían tal afrenta pasar por alto.

Hamor y su hijo Siquem se acercaban a la tienda de Jacob, sin duda estaban un poco atemorizados, pero Hamor quería satisfacer el deseo de su hijo, casarse con Dina.

-¡Mi hijo está muy enamorado de su hija, les pido que se la den por esposa, aparenten a nosotros, nos den sus hijas y tomen las nuestras! - Dijo Hamor.

- Encuentre gracia y me concedan lo que determino, pero denme a la joven por mi esposa - declaró Siquem.

Dina escuchaba voces distintas que procedían de fuera de la carpa, curiosa le preguntó a su madre - ¿quien está ahí afuera? Madre mis hermanos regresaron, ¿y ahora?

- ¡Calma hija! - Dijo Lea suspirando profundamente.

Dina corrió hacia la salida de la tienda y miró a través de las cortinas, no podía creer lo que veía. ¡Era Siquem! Su corazón se estremeció, y todo su cuerpo empezó a temblar.

- ¡Madre es Siquem es el tipo que me forzó!

-¿Que será que el vino hacer aquí? ¿De qué hablan tanto? - preguntó Dina a su madre dentro de la tienda, no podía contener su curiosidad.

Mientras que Jacob y sus hijos hablaban con Hamor, Siquem, miraba a su alrededor, tratando de ver dónde estaba Dina, y la vio mirando a través de las cortinas de la tienda, su corazón se lleno de ternura por ella, porque la amaba mucho, cuando la mirada de los dos se cruzó Dina dejó caer la cortina y se quedó en silencio en la tienda.

Los hermanos de Dina fueron duros en su respuesta a Siquem y a Hamor su padre. - ¡No podemos hacer esto, dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque eso sería un pecado y una vergüenza para nuestro pueblo! ¡Sólo si os hacéis como nosotros, circuncidándose todos los hombres entre vosotros!

Claro, no hay comunión entre la luz y las tinieblas, Dina casarse con un hombre incrédulo que no creía en Dios, no era una buena idea.

Sus hermanos exigieron algo, no sólo a Siquem, pero como a todo su pueblo, ¿será que ellos van a aceptar?

¿Sera que el amor de Siquem por Dina llegaba a tal punto?

(Continúa en el próximo lunes)

1 comments:

Unknown dijo...

Ya espero que llegue el lunes para ver la continuación ,aunque ya mese el final.

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