jueves, 11 de febrero de 2010

Luz al final del Túnel (continuación del articulo anterior)



Además de los problemas familiares, tenia también mis propios tormentos. Los problemas de la relación de mis padres causaron en mí una gran inseguridad. Era muy tímida, no me gustaba ser el centro de atención, y mucho menos hablar en público.
En la escuela tenia amigas, pero prefería escuchar más que hablar.
Fui creciendo, y desarrolle un complejo muy grande, yo era muy delgadita, y eso no me gustaba para nada; quería ser igual que mis amigas. Cuando íbamos a la clase de Educación Física, era la muerte, al momento de cambiar de ropa me daba mucha vergüenza.
Además de todo este drama, siempre estaba triste, sentía un gran vacío por dentro, como se me faltara algo; no podía explicarlo.
Yo era una niña soñadora, me gustaba oír música e imaginarme un mundo de sueños y fantasía; imaginar a mi príncipe encantado, una familia perfecta. Para empeorar la situación, cuando cumplí 16 años el médico me detecto diabetes. Aquello fue como una bomba, mis padres se desesperaron y yo lloraba; no entendía porque me estaba pasando esto siendo tan joven.
A pesar de todo éramos una familia unida, mis padres siempre estuvieron presentes, mis tías siempre estaban cerca, teníamos muchos primos; pero esta noticia parecía salir de nuestro control, era algo grave.
Aunque éramos religiosas no teníamos idea de cómo salir de esa situación, no sabíamos nada de la fe, ni tampoco de la palabra de Dios, estábamos solos, sin solución.
En ese entonces una vecina hablo a mi madre de la Iglesia Universal, la iglesia de los milagros, decía ella. La necesidad de un milagro era grande, había muchas cosas que resolver, la relación de mis padres, el nerviosismo de mi madre, mi enfermedad, los miedos de mi hermana. Qué bien nos vendría un milagro!
Decidimos y fuimos a la iglesia por primera vez un jueves. Me acuerdo que desde el primer dia que entre a la Iglesia sentí algo diferente. Sentí que Dios me acogió, y que allí era mi lugar. Parecía que por fin había encontrado a quien busque toda mi vida, el Señor Jesús. Me enamore de El desde el primer dia.
Empezamos a hacer las cadenas de oración y Dios comenzó a manifestarse en nuestras vidas. Mi madre fue sanada, el matrimonio de mis padres fue cambiando, en Agosto ellos cumplirán 37 años de casados; mi hermana se libero, yo fui sanada de la diabetes; el vacío que existía en mi, ya ni me acuerdo mas de el, Dios ocupo cada espacio de mi, los complejos fueron desapareciendo. Yo nací de nuevo.
Ahora si podía soñar de verdad, mis sueños tenían fundamento y a través de mi fe todos podrían ser realizados. Me entregue a Dios por completo y después de casi dos años en la iglesia, tuve un encuentro real con Dios; esto vino a completar mi felicidad y hacer de mi una persona diferente. Nació en mí un deseo enorme de ayudar a los demás. Empecé a formar parte del grupo de Evangelización y luego fui obrera.
El deseo por las cosas de Dios aumentaba a cada día. Sentí Su llamado para servir en el Altar; nada del mundo me interesaba, todos mis proyectos eran relacionados con la obra de Dios. Yo no me imaginaba haciendo ninguna otra cosa.
Cuando cumplí 20 años me case con un hombre de Dios maravilloso y tengo el privilegio de servir a Dios en el Altar ya por 14 años.
Si estas en un túnel oscuro y sin salida, cree en el Señor Jesús, El es tu luz al fin del túnel.

1 comments:

angelica dijo...

un saludo sra es muy fuerte su testimonio va ayudar mucho a otras personas que esten pasando problemas iguales que DIOS le siga dando sabiduria para ensenarnos mas

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...