jueves, 9 de junio de 2016

Madre ¿Usted ha sabido aconsejar?


Hola queridas ¿todo bien?  Estamos en el ayuno, entonces aprovechemos para invertir  más en nuestra comunión con Él y tener más tiempo para leer los Blogs que nos hacen crecer.
Muchas madres han caído en este error, pues aconsejan a sus hijos según sus intereses, según su propia visión, y muchas veces según los malos ejemplos.
Usted madre sólo es, y será, una referencia para su hijo cuando su vida hable más que sus palabras.
Muchas madres hablan de sacrificio para su hijo, mientras que sus hijos no ven en la vida de su madre nada de sacrificio, otras hablan de valores mientras que su conducta deja mucho que desear, otras hablan de entrega mientras que ellas no apartan ningún tiempo para sus hijos.
Pasan las semanas que ellas ni llaman a sus hijos, ni los invitan, no muestran interés alguno ¿Usted piensa que sus hijos no se dan cuenta de eso? Yo soy casada hace años y mi madre me llama prácticamente todos los días aunque sea para preguntarme si está todo bien. Yo amo ese cuidado que ella tiene.
Personalmente, si existe una cosa que me molesta, es aquella persona que aconseja, pero en su vida no hace nada, aquella que habla para hacer  pero en su propia vida no hace nada. Esa persona para mí carece de credibilidad, pues no actúa según los padrones que ella predica. Es por eso que su palabra no es considerada por nadie.


Por ejemplo, usted que ve que su hijo está en malos caminos, o se juntó con alguien que es nítido que no es una persona que lo va a realizar, que es una persona sin principios ni valores, sin ética, sin moral, en fin... usted como madre es consciente de todo eso y en lugar de alertar a su hijo como le conviene, prefiere dejar las cosas continuar. Es claro que no puede prohibir, pero nunca se olvide de la gran influencia que usted tiene en la fe que usted dice practicar.
He visto que muchas madres no quieren pagar el precio de ganar el alma de su hijo, y su visión es totalmente carnal, se limitan a lo que ven y prefieren ignorar la situación en vez de luchar. Nunca se olvide que solamente su oración no traerá los resultados sorprendentes que usted espera, pues al final ¿hace cuánto tiempo que usted ora? Desde siempre ¿no es así? Es necesario además dialogar, aconsejar, sentarse y hacer que su hijo vea aquello que él no esta logrando ver.
Tal vez su problema es que usted no está sabiendo buscar en Dios esa ayuda y se cree una madre excelente que ya no precisa mejorar en nada y tampoco aprender nada, y es por eso que se limita a los conocimientos que aprendió y se agarra de eso, y de esa manera los resultados son muy pocos o hasta ninguno.
A veces usted quiere delegar esa responsabilidad a terceros, mientras que ella es sólo de usted.
Y si su hijo está por vivir una vida totalmente errada, usted debe luchar con todas sus fuerzas para que la situación se invierta, nunca se olvide que  apoyara su hijo no es trabajar con el error de él y sí con  amor mostrarle el peligro de las elecciones equivocadas junto a sus consecuencias.
Pero para que nunca se olvide que su palabra tiene que tener crédito, si usted perdió esa credibilidad busque pasar los valores que usted dice creer y vivir.
No deje a su hijo ser orientado por nadie a no ser por sí misma, al final usted es la madre, y si su hijo ya es adulto, no deja de ser su hijo; cuide y aconseje de igual manera, y que su mayor interés sea ver el alma de su hijo siendo salva.


¡Les dejaré un desafío a usted mamá! Quien tiene que decir si somos buenas madres son nuestros propios hijos ¿no es así? Ellos tienen el derecho de calificarnos. Pregunte a su hijo  esta semana "¿Qué madre he sido para ti? ¿En qué puedo mejorar?" Si halla una respuesta que le sorprende, sea humilde y no piense que usted sabe todo, pues muchas veces nuestros hijos nos acaban enseñando.
Tal vez usted piensa que es una madre excelente, pero su hijo no ve esa excelencia en nada. Tal vez si usted fuese más espiritual y sabia, usted habría librado a su hijo de muchas situaciones de las cuales él está viviendo hoy. Usted aún está a tiempo de corregirlo ¿o usted continuaría cayendo en el mismo error?
No estoy para juzgar a ninguna de ustedes, pues yo también estoy incluida y quiero cada día mejorar como madre y ser humilde para saber lidiar con mi hijo, pues mi mayor interés es ganarlo para Dios y que él vea en mí lo que yo vivo y no lo que yo hablo.
Nunca seremos perfectas, pero podemos mejorar a cada día, y si así hiciéramos no hay como no ver los resultados.
¡Aprenda a aconsejar a su hijo en la fe y no con los sentimientos!
Luego dejen sus comentarios, vamos a compartir unas con las otras lo que nuestros hijos dijeron acerca de nuestra pregunta.
No importa cuál fue, lo que sí importa es que trabajaremos para cambiar esa situación y aunque la respuesta no era la que usted estaba esperando, será su oportunidad para restaurar su relación, y así poder conquistar de nuevo la confianza perdida.
Besos dulces.
Cátia Rubim

2 comments:

Anónimo dijo...

Aveces pasa que una madre sabe que su hijo anda en cosas erradas y por miedo a la reacción que vaya a tomar, deja pasar las cosas y no alerta a su hijo

andrea rodriguez dijo...

Siempre debemos ser un buen ejemplo,mostrar con actitudes todo lo que predicamos para así tener credibilidad y tener un buen argumento para consejar a los hijos que necesitan ayuda,ellos ven a su madre y a su padre como un reflejo,por eso se debe tener una buena posición y buenos actos para hacer ver un error.
Además se deben cuidar,no abandonar o prestar interes con el paso del tiempo.

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