Hola queridas, ¿todo bien? Hoy me
gustaría comenzar preguntándoles: ¿Qué es lo que usted espera de Dios? ¿Un
novio? ¿Un hombre de Dios para casarse y hacer la obra de Dios? ¿Un mejor
trabajo? ¿Una familia bendecida?
Yo sé que todas tenemos muchas metas
y sueños, muchos pedidos para hacer a Dios, pues todas queremos sentirnos
realizadas en todo ¿Pero usted sabe lo que realmente hace la diferencia y nos
hace realmente sentirnos realizadas? No son las bendiciones que recibimos, y sí
la alegría estampada en el rostro de una persona que ayudamos a que conozca al
Señor Jesús y que está creciendo espiritualmente. Esa alegría que siento cuando
veo a una persona así no se compara a nada en este mundo. Y esa alegría pude
sentir este último sábado en el Pledge Night. Ver tantas mujeres felices por
haber alcanzado esa meta, dando un paso más con Dios y saber que pude colaborar
para esa realización, no tiene precio.
Lo que quiero decir con todo eso es
que a veces usted, joven, queda tan enfocada
en su propia vida, en sus realizaciones, en cómo conquistar eso o
aquello, que se acaba olvidando de algo muy importante en nuestra vida: DAR. Y
yo te pregunto: ¿Usted ha dado o ha pedido? Saben queridas, mi bendición
sentimental llegó cuando más yo estaba
dando en la Iglesia. Yo recuerdo que decidí darme más para Jesús luego de una
decepción amorosa y comencé a dedicarme más en la Iglesia, atendía a las
personas, hacía propósitos de oraciones por cada persona que atendía, salía a
evangelizar, y cuánto más daba para Jesús por el pueblo, más realizada y feliz
me sentía. Luego, cuando menos lo esperaba mi esposo llegó.
¿Quiere un consejo? Coloque al Señor
Jesús en primer lugar en su vida. Realice los sueños de Él y Él realizará los
suyos. Ese es el secreto: “Dad y se os dará” Lucas 6:38.
Dé una sonrisa, dé un abrazo a
alguien que necesite, dé atención a una joven que clama por atención, extienda
su mano al sufrido, dé su tiempo para Jesús, sirva, realice el sueño de Dios
que es salvar almas, evangelice y Él la bendecirá. Pero no haga todo eso
esperando algo a cambio ¡¡NO!! Haga porque usted ama a Jesús y porque no hay nada
mejor en este mundo que ayudar a alguien que tanto lo necesita. Cuando damos,
también recibimos, porque quien dá, recibe. Esa es mi alegría y sé que será
también la suya si así lo haces. Después me cuentan sus experiencias ¿ok?
“Hay más dicha en dar que en recibir.” Hechos 20:35
Lean Lucas 10:25 también.
Dejo
aquí la foto de nuestro Pledge Night aquí en Texas. Un beso grande y hasta la
semana que viene.
Juliana Furucho
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