¡Madre, no tire todo a la borda!

Hola queridas ¿todo bien? Leí cada comentario y quedé feliz por dejarme algunas sugerencias de los temas que les gustarían que tratemos.
Deje siempre aquí su comentario, sean madres participativas; al final nuestras experiencias suman en la vida de unas y otras.
A pedido de una madre que compartió el problema que está enfrentando, y por no saber cómo manejar la situación, decidí escribir sobre el tema.
Ella compartía el interés excesivo de su hijo por el mundo de la tecnología.
Bien, como toda madre sabe, el mundo de lo imaginario está queriendo comandar la vida de nuestros niños, en nuestro tiempo los juegos y juguetes eran saludables , en fin era todo inofensivo, hoy en esta nueva era que se implanta con toda fuerza se invierten los valores que antes habían.
Claro, nosotros entendemos y sabemos que es actuación del diablo, él ha invertido fuerte en los niños y en los jóvenes, por saber que son vulnerables, de ahí esta la importancia de que nosotras debemos tener una actitud en relación a eso.
Algunas veces es necesario cambiar de actitud ¿como? Pensemos, los niños necesitan mantenerse ocupados y muchas veces con tantos quehaceres y la correría de la vida, no tenemos esa disponibilidad que necesitan, y es ahí que la tecnología va ocupando el tiempo y el lugar que debería ser nuestro.
Piense que no es prohibiendo que resultará, claro que nosotras que somos madres tenemos el deber de imponer límites, pero al mismo tiempo tenemos que tener la sabiduría de cómo llenar esa necesidad, por cosas que satisfarán tanto o más que quedar frente a un aparato.
En todo, los padres tienden a imponer límites a sus hijos, lo cual es importante y necesario; pero lo que muchas madres no entienden es que ellos también tienen que conocer sus propios límites.
Delegue tareas a ellos, muestre cuán valiosa es su ayuda, piense en elogios positivos, piense planes que pueden hacer juntos en donde ellos se sientan felices y amados, como una ida al cine o ver una película en casa comiendo popcorn juntos, ir a pasear al parque, jugar a la pelota; en fin, haga algo que sepa que usted podrá cumplir. Y pruebe a sus hijos que es mucho más saludable, divertido y provechoso ese tipo de ocupación.
 
Dígale cuán feliz queda usted cuando el saca la basura, agradézcale por arreglar sus ropas, por guardar las compras. Si en vez de eso usted grita: "su cuarto está siempre desordenado. Medias por el piso, ropa debajo de la cama,y usted siempre prendido a los juegos ¡estoy cansada de todo!", no se admire si su hijo (a) prefiere quedar jugando o ver televisión.
Ser gentil, por lo tanto, demanda esfuerzo. Es fácil caer en rutina y decir la primer cosa amarga que nos viene a la mente.
Busquemos, por lo tanto, cambiar de táctica, y la buena disposición crecerá.
Como mujeres y madres, nuestras vidas influencian en la atmósfera del hogar, y las actitudes de nuestros hijos (as) y marido.
Si somos amargas y siempre tenemos una palabra cortante y afilada, ellos comenzarán a perderse.
 
Intente cambiar su voz, poniendo alegría y ligereza.
Sus hijos (as) también dejarán de quejarse.
¿Quién va a tener más influencia sobre la vida de ellos? ¿Nosotras mamás con nuestro amor y sabiduría o el infierno?
Nunca se olvide que el tiempo que usted deje de invertir con ellos, el infierno se encargará de hacerlo.
Muchas veces tenemos que decender al nivel de ellos (as) para poder entenderlos y ayudarlos.
Deje aquí su experiencia y temas de los cuales le gustaría que abordemos, sea para hijas o para madres.
Coloque en práctica las enseñanzas, pues si lo hace tengo plena certeza que en poco tiempo estará aquí compartiendo su testimonio.
Besos dulces
Cátia Rubim