miércoles, 20 de mayo de 2015

Cuando ella llegó!


Hola queridas ¿Todo bien?
¿Vamos a ser más activas en el Blog para poder conocer un poquito más de cada una de ustedes? Es un desafío, ¿ustedes van a aceptar? 
No pueden dejar de leer, porque hoy compartiré mi historia de vida como hermana, madre e hija!
Algunos posts atrás hablé que iría a compartir un poco de mi historia con mi hermana, que para mi es una hija ¿recuerdan?
Pues, nuestra hermana más pequeña es Ana Filipa Rubim, ella también fue una hija adoptiva, para que usted entienda lo que sucedió, lo voy a dividir en algunas partes, pues ella vino a nuestra familia con tres meses de edad y hoy ya tiene veinte años.
Cuando ella llegó, tanto yo como mi hermana Tania eramos aún solteras, y fui yo misma la que tuvo el papel principal en esta historia ¿cómo es eso?
En nuestras idas a la iglesia, como tantas otras, yo me deparé con la historia de aquella jovencita, cuya madre sin condiciones materiales ni emocionales, fue a la iglesia a través de la invitación de alguien, con su vida totalmente destruida y abandonada por el padre de las niñas. Pues una de ellas era Ana y la otra pequeña quien le llevaba sólo un año de edad. Ella fue en búsqueda de ayuda material, pues necesitaba suplir las necesidades de aquellas dos niñas. Yo viendo la condición de aquella madre, y de un bebé tan pequeño e indefenso, le pregunté si quería que llevase a la niñita para darle un baño caliente, comprarle leche y algunas ropas. En el momento ella acepto, pero dentro mío yo no lo veía como sólo una ayuda, mis ojos veían mucho más para aquella vidita tan pequeñita. Confieso que me enamoré desde el primer momento que la vi.
Le di conocimiento y pedí autorización a mi madre, porque yo era menor de edad, tenía sólo 17 años de altura y ya estaba saliendo con mi novio en ese entonces, quien hoy es mi actual esposo a 20 años.
Cuando llegamos a casa con la bebe pensamos "¿y ahora cómo reaccionará nuestro padre?"
Bien, cuidamos de ella y fuimos a dormir, en el día siguiente se vería... A la mañana siguiente cuando mi padre entró en el cuarto, como hacia siempre para darnos un beso, no nos vio a mi y a Tania, sino que también a una niñita, a quien amó desde el primer instante, contamos a mi padre la situación de ella, y mi padre abrazó la causa de ayudar en todo lo que estuviera a nuestro alcance, pero nunca pasó por nuestra cabeza que ella se iría a quedar, pero Dios ya tenía un plan en la vida de ella, y ese plan nos incluiría a nosotras. 
Entonces ella se fue quedando, quien vino para quedar sólo un día, fue quedando semanas, meses, y ahí comienza nuestra lucha...
Ella estaba al cuidado de una niñera, y desde que la trajimos la dejamos de llevar, pues nosotros mismos cuidábamos de ella, pero la empleada no aceptó eso, y nos hizo una guerra porque quería a la pequeña, al igual que su padre, querían a toda fuerza que la pequeña fuera allá.
Nosotros por miedo de perderla fuimos cediendo a algunas exigencias, pero la señora que la educaba vivía muy lejos de nosotros, y la pequeña se debía levantar de madrugada sin ninguna necesidad. Eso fue hasta que llamamos al padre de ella para explicarle la situación por la cual la niña estaba sacrificándose sin ninguna necesidad. Gracias a Dios él aceptó  a no llevarla más a aquella señora.
Que lindo poder cuidar todo el día de ella, me daba tanto placer, cómo amaba aquella pequeña como si siempre hubiese estado en nuestra familia.
Pero no termina ahí, pues la niñera tenía una hija en Francia que no podía tener hijos, y estaba haciendo de todo para quedar con nuestra pequeña Ana, pero aquello que Dios prepara no tiene cómo dar errado.
Y finalmente ella desistió de la idea de perseguirnos, pero aún así por algunos meses que siguió...
Y todo iba transcurriendo de la mejor manera, fue como si un día ella durmiera sin nada, y en el otro día recibiese todo lo que no tenía.
La adaptación fue fácil, pienso que fue por haber venido con apenas tres meses de vida.
La adopción no es solamente el acto bonito de ayudar a un niño carente, va mucho más allá, es una actitud de coraje y amor, porque es necesario que estemos listos para todo.
Con el decorrer de la historia, entenderá a dónde quiero llegar, a veces erre intentando acertar...
Continúa...
 Deje aquí su comentario, y a medida que usted vaya compartiendo mi historia de vida, tengo certeza que se identificará con muchas cosas, como madre, como hija ¡y hasta mismo como hermana!
Besos dulces
Catia Rubim 

1 comments:

Lorena dijo...

Comienzo a leer esta historia ;) Es lindo compartir sus experiencias, como dice ud, ayudará a muchas hijas, madres y hermanas!

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