lunes, 16 de marzo de 2015

¿Cuándo soy carnal con Dios?


Al leer esta pregunta, la respuesta que viene pronto a nuestra mente es: la persona es carnal en relación a Dios cuando no obedece Su palabra y vive en pecado.
Sí, eso es totalmente cierto, pero ¿Y si yo le digo que aún la persona obedeciendo la palabra de Dios y sin vivir en el pecado, ella puede ser carnal en su relación con Dios?
Pasaré a relatarle algunos ejemplos de cómo podemos ser carnales con Dios:
1)   Cuando la persona es religiosa, o sea, ella ora, lee la Biblia, va a la iglesia, sólo para “cumplir” sus obligaciones de cristiana; pero su oración es fría y sin expresión, es aquella oración hecha a las apuradas, sin fervor ni entrega. La lectura de la Biblia es sólo para conocer la palabra o decir que leyó, pero no meditó ni entendió nada, no dejó a Dios hablarle. Todo lo que hace es por religiosidad, algo mecánico, no hay manifestación de fe, no hay propósito.
2)   Cuando no colocamos a Dios en el lugar que le corresponde, o sea, el primero en nuestras vidas
3)   Cuando somos solamente Marta y no María. Dentro de nosotros hay una Marta y una María. La parte de nosotros que quiere hacer mucho, organizar, trabajar, que es Marta, nuestra carne; y la otra parte que nos llama a los pies de Jesús, que representa María, nuestro espíritu. El problema para muchas Martas es que siempre hay un desequilibro muy grande, la persona sólo piensa en hacer muchas cosas y no separa un tiempo para buscar a Dios, tener su comunión con Él. Eso nos hace carnales delante de Dios, pues nos olvidamos de la “buena parte”.  Aunque lo que ella haga está relacionado a la obra de Dios, si ella no tiene su momento con Dios, ella está siendo carnal en su relación con Él.
No significa que no vamos a cumplir con nuestras obligaciones, pero no podemos olvidar o despreciar lo más importante, que es nuestro momento con Dios.
Ser espiritual, es ser equilibrada.
4)   Cuando usamos nuestras emociones en lugar de actuar por la fe, o sea, nos dejamos guiar por lo que nuestros ojos ven, por las circunstancias y no usamos la fe inteligente. Esto nos hace ser carnales delante de Dios y débiles ante el diablo.
5)   Cuando nos entregamos al dolor, a la tristeza, a los pensamientos negativos, dando lugar a la carne y mostrando total falta de confianza en Dios.
Como ustedes observaron, todas estas cosas nos tornan personas carnales en nuestra relación con Dios y si no estamos atentas, ellas pueden hacer parte de nuestra vida y hacernos alejar de Dios.

Déjenos su comentario y cuente si usted ha estado siendo carnal con Dios y no se estaba dando cuenta.

En la próxima semana hablaré de cuándo somos carnales en relación a nosotras mismas.


8 comments:

Anónimo dijo...

todos los puntos que usted toco en este estudio son muy fuertes, pero el que mas me llama la atencion es cuando usted dice volvemos nuestra relación con Dios algo mecánico y por lo consiguiente se vuelve carnal

Unknown dijo...

la persona espiritual es equilibrada, muy fuerte!

Anónimo dijo...

Yo estaba siendo carnal con Dios y no lo sabía... Hasta que leí este mensaje. Muchas gracias Señor Dios por Su misericordia.

RAQUEL FRIAS de HEREDIA dijo...

Excelente y muy clara la explicación ,ayuda a confirmar o corregir los errores, bendiciones.
Raquel Frias de Heredia, Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina

Maggie dijo...

Fue muy interesante este mensaje. Yo puedo decir que yo he sido carnal ante las cosas de Dios, más después de hoy he tomado una decisión de poner en práctica todo lo que he aprendido he escuchado en los servicios para dejar de ser como Marta he pasar a ser como Maria.

Unknown dijo...

leyendo este post veo que en algunas ocaciones llegue a ser carnal con Dios por que me estaba volviendo totalmente mecanica, gracias porque me ha ayudado a recordar, que tengo que estar bien equilibrada con Dios.

Elvia dijo...

Gracias por las palabras me a aclarado muchas cosas..

Maria Torres dijo...

Lamentable mente, hay personas que vienen a la iglesia como un ritual o hábito . No tienen ningún temor a Dios y lamentablemente pasan estos a sus hijos acompañantes. Estos dejan a los niños a hacer y deshacer dentro del templo de dios. Tenemos que tener respecto por las cosas de Dios.

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