miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cristianos gratos y contentos


Hola queridas, ¿recuerdan que les dije que esta semana el post seria de extrema importancia?
Pues es más, por ser un tema de suma importancia, aún no lo logré terminar... pero en la semana que viene ya estará jiji

Hace algunos años atrás, cuando no lograba quedar embarazada (quien acompaña mis posts desde  el inicio sabe a lo que me estoy refiriendo), me convertí en una persona amarga y por más que hiciesen o dijesen, yo nunca quedaba grata con nada ni con nadie, porque la amargura predominaba en mi, y con ella estaba la falta de gratitud.
En cuanto dependamos de las circunstancias para ser gratas y alegres, nunca conseguiremos serlo.
Yo aprendí y viví eso en primera persona cuando entendí que el contentamiento viene de nuestro estado espiritual. Todo cambió tan rápidamente al entenderlo, que aunque continuara sin tener hijos,yo  ya no estaba triste, amargada ni desagradecida.
Todo depende del estado de nuestro interior, y digo más, él determina nuestras elecciones, nuestra manera de vivir, nuestras relaciones, en fin, nuestra manera de estar en la vida.
Conocí a una señora que estaba en condiciones semejantes y nunca oí de su boca ni la más mínima queja o enojo. Por el contrario, era una mujer alegre que da un verdadero testimonio de su fe.
Aún los cristianos más fieles pasan por probaciones. Una cosa es pasar y otra permanecer, no se olvide de ese por menor.
Vivir contenta delante de las limitaciones y de la escasez no es una virtud automática en la vida de los hijos de Dios. El mismo apóstol Pablo tuvo que aprender esa lección, luego de pasar por muchos sufrimientos. Y ese contentamiento que no viene de nuestra voluntad no es un sentimiento, es una prueba de la gracia de Dios manifestada en nuestra vida.
PIENSE: Contentamiento no es conformismo, pero si ser grato y feliz con lo que se tiene mientras se lucha por días mejores.

Si usted en medio de tantas adversidades anda feliz, con certeza la carga será  más leve, claro que siempre indignada y esa indignación no se torna en tristeza o ingratitud.
La alegría y la gratitud es un estado del espíritu que revela nuestra comunión con Dios, pues quien confía plenamente aunque esté pasando la mayor tribulación, se alegra porque sabe que tiene la plena certeza en quien confía. No busque en las conquistas ni en las personas ese contentamiento, pues él viene del Autor de la vida.
Pues aunque usted tenga "todas" las cosas, ¡sin Dios no tiene nada! Y si no tiene "nada" ¡con Dios lo tiene todo!
Sea una persona grata y feliz, y verá todas las cosas fluir naturalmente....
Lea Filipenses 4: 10-20

Si te ayudó o te sentiste identificada con algo no dejes de compartir, me gusta leer sus experiencias, así como yo comparto las mías con ustedes... 

Besos dulces y para jueves las espero!!

Cátia Rubim

2 comments:

Gloria Maria dijo...

Muchas gracias señora por sus palabras, me hicieron entender que todo lo que somos es resultado de nuestras comunión con Dios, así que es vital establecerla, cuidarla y mantenerla.

Anónimo dijo...

hola sra..muchas gracias por sus palabras..
es cierto..nuestra alegria aun en momentos dificiles viene de lo alto..
estoy pasando por una situacion asi.. pero vivo en la fe y feliz con certeza de la respuesta..

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