viernes, 8 de agosto de 2014

¿Será que su apariencia habla?


Nos guste o no nuestra apariencia habla por sí sola. Usted puede saber cuál es la profesión de la persona, su estado anímico, su carácter  sencillamente por la ropa que usa. La persona siempre exterioriza lo que está dentro de ella a través de la ropa, del maquillaje, del pelo y en nuestro caso que servimos a Dios no es distinto. 
Muchas jóvenes me preguntan siempre cómo deben presentarse en la iglesia, qué ropa es adecuada y cómo deben comportarse.

Seguramente está de acuerdo conmigo en que nuestra apariencia habla mucho acerca de nosotras mismas. Podemos transmitir a través de ella celo, santidad, harmonía, o entonces todo lo contrario, descuido, desinterés, negligencia. 
Tiene que estar en sintonía, si su trabajo es santo, su comportamiento y su vestuario no deben de estar en contradicción con su trabajo.


No se olvide que usted servirá de modelo a las mujeres de la iglesia. Tenga cuidado para no transmitir una idea equivocada por medio de su imagen, y que piensen que usted es una persona descuidada y desmotivada, que no tiene placer en cuidar de su apariencia. 
Hoy en día es muy normal el uso de los vaqueros, son realmente cómodos y combinan con todo, pero para nuestro tipo de trabajo no es lo más apropriado. Es demasiado casual y nuestro trabajo exije algo más social.  
Eso no quiere decir que usted se tenga que vestir de una manera anticuada o inapropriada para su edad, no. Usted se tiene que arreglar de forma que refleje lo que está dentro de usted.
Así como su imagen habla, su comportamento también. Las personas nos observan y debemos ser como un espejo para ellas, lo que muestra a través de sus actitudes refleja mucho de usted.

Su manera de hablar, su lenguaje corporal y facial, su caminar, su sonrisa revelan más de lo  que usted imagina.
Parecen cosas sin importancia, pero sabemos que no lo son, cada detalle es importante en la Obra de Dios, por lo tanto tenemos que cuidar de cómo nos presentamos y cómo actuamos. Eso hace la diferencia.

 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Así podréis andar como es digno del Señor, agradándolo en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.  
Colosenses 1:9,10






10 comments:

Lidia Gomez dijo...

Debemos mostrar una buena imagen y que tenemos a Dios dentro de nosotros a traves de nuestra imagen.

Tatiana Lopez dijo...

Nuestra apariencia refleja lo que hay en nuestro interior. Si somos mujeres de Dios debemos reflejarlo en nuestro andar, caminar, hablar, actitudes y comportamientos. Debemos ser la propia ofrenda viva que agrada al Señor Jesús.

cinthia leguizamon dijo...

es verdad nosotras somos la tarjeta de presentación. debemos mostrar una ejemplo a seguir, ser un buen referente para las demás y mismo dejar nuestros problemas afuera y estar siempre con una sonrisa para ayudar a los demás.

Unknown dijo...

Somos la carta de presentacion, sin duda. Y... si en muchos casos la apariencia habla, ella puede decir muchas cosas pero la que va a terminar de decirlo todo es nuestro interior, si así es, porque lo que somos por dentro se ve por fuera! Y por sobretodo hay un compromiso serio a la hora de vestir y actuar porque como seamos serviremos de ejemplo para la otra persona, y hay que tener cuidado para no! Dar un aspecto equivocado. Ser una buena influencia siempre transmitiendo una exelente apariencia, El Señor Jesús.:-)

Unknown dijo...

Es verdad nuestro interior se ve reflejado en mi exterior

TANIA dijo...

Nuestro interior y nuestro exterior van de la mano es cuidar de ambos con equilibrio para que los que llegan a nosotros puedan llegar hasta Jesús a través nuestro.

Anónimo dijo...

Nuestro interior exterioriza lo que somos.. si estamos bien, todo se refleja, si estamos mal tambien..

Unknown dijo...

Somos lo que pensamos, y lo que pensamos hacemos... pensemos en mostrar a Dios con nuestra apariencia tambien...

Unknown dijo...

Somos lo que pensamos, y lo que pensamos hacemos... pensemos en mostrar a Dios con nuestra apariencia tambien...

Raquel dijo...

El solo echo de tener un título de cristiano ya hace que las personas pongan toda su atención en nosotros, ahora depende de lo que somos, que pase de ser un titulo a ser una vida, un ejemplo, y eso se refleja no sólo en la iglesia, pero si mucho mas fuera de ella, con nuestra familia, amigos, vecinos. Mi forma de vestir, de hablar, de actuar, inclusive de mirar, en mi rostro reflejo que es o quien está dentro de mi. Y por supuesto Dios espera que seamos un fiel referente de lo que El es, pues es a través de ese testimonio que conseguiremos ganar muchas más almas que con miles de palabras.

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