Serie Corazón Ofendido- ¿Cómo no odiar?

“Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres.”
Romanos 12:17

Hoy quiero hablar de un ejemplo de la Biblia que nos muestra claramente lo que es el perdón.
No voy a hablar de Jesús, para que no sea mencionado que Él era el propio Dios y, por esta razón que él tenía esta condición de perdonar, vamos a hablar de José de Egipto.

Todas ustedes ya conocen la historia, recientemente tuvimos la oportunidad de verlo en Record.
José era un hombre ordinario como nosotros, que sufrió mucho cuando sus hermanos por envidia lo vendieron como esclavo.
Ahora imagínese haber nacido esclavo ya es terrible, pero la persona que tiene todo, a ser el heredero de una fortuna y de repente convertirse un esclavo en un país extranjero y ningún derecho a nada, era aún más terrible.
Quien se convertía en un esclavo sería un esclavo hasta su muerte, así como su esposa e hijos.
Imagínese el ser vendido por sus propios hermanos, ¿hay algún dolor peor que esto?
Para empeorar las cosas, después de haber negado a satisfacer los deseos de una mujer seductora, la mujer de su amo, fue detenido injustamente, acusado de algo que no cometió.
Dios mío qué dolor y sufrimiento, la bola de nieve creció, como un túnel sin salida, sin esperanza.
Puedo imaginar lo que pasaba por su cabeza, en un lugar sucio y frío, comer mal y recordar la casa de su padre, donde era un príncipe.

Ahora dígame: ¿Cuál sería la reacción natural de un corazón carnal? Estar muy enojado, después de todo, no le faltaban razones para odiar a sus hermanos por ser tan malvados y perversos y vivir amargado hasta la muerte.
Incluso nosotros cuando vimos la serie pensamos acerca de esto "¿cómo pueden ser tan malos? Se merecían castigo."
Y en cuanto a Dios, por qué estaba permitiendo que su fiel servidor pasara por todo esto, cómo entender esta situación, sería fácil echarle la culpa a Dios también.
Por supuesto, si José había optado por este camino, su final no sería el mismo.
Él simplemente creyó en la promesa de Dios y no permitió sentimientos destructivos entrar en su corazón, aunque él no entendía lo que estaba pasando o la maldad de las personas, lo que hizo toda la diferencia.

Y en nuestro caso, ¿cómo ha sido? Porque es muy fácil culpar a otros por nuestros problemas, por lo que no hemos logrado alcanzar, observe cómo todo esto viene de un corazón amargo.
Es más fácil odiar y pensar, "después de todo, tengo todas las razones para esto, ella pagará, ojala que muera, por causa de ella estoy en esta situación, todo iba tan bien y por ella me penalizaron, destruida ", ¿han sido estas sus palabras?
Piense conmigo, ¿por casualidad algún hombre puede cambiar el curso de su vida?
¿Alguien puede detener a la visión que Dios le ha dado?
Pueden incluso tratar como los hermanos de José trataron de deshacerse de él, impidiendo su éxito, pero Dios estaba en control y El sería el único que puede decidir su futuro.

José se deshizo de la ofensa y por lo tanto el plan de Dios se cumplió en su vida y sus hermanos, de lo contrario habría muerto en el calabozo.
¿Y usted? ¿Ha estado tomando la justicia en sus propias manos, ha estado utilizando la venganza?
Deshágase de esta prisión, estos sentimientos negativos sólo están destruyéndole.
No se olvide que siempre tiene dos opciones, quedarse ofendida y así darle la libertad al diablo para actuar o deshacerse de la ofensa y permanecer en el propósito de Dios.
Si usted es de Dios, todo lo que sucede en su vida Dios hace una manera de bendecirle, ¡incluso si el mundo no quiere!
¿O es que nuestro Dios no tiene otra opción?, no he leído en la Biblia Dios diciendo: "Y ahora, los hermanos de José lo vendieron, ese no era el plan" o "mi siervo fue encarcelado, inventaron una mentira muy grave en su contra, ¿qué hago ahora?”

No mi amiga, Dios es Dios, Él siempre tiene una manera de cómo revertir la situación, aunque en sus ojos no hay manera, para Él lo hay, no se preocupe, simplemente mantenga su interior limpio, Él hará el resto.

Observe las palabras de José, al entender la mano de Dios:

“Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros.  Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega.  Y Dios me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida mediante una gran liberación.  Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios; y Él me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.”

Génesis 45:5-8