martes, 13 de agosto de 2013

Comportamiento de una novia de pastor - 1



Decidí extender este asunto en tres artículos, para mostrar mejor todas las posibilidades y hoy voy a empezar con mi historia.
Para aquellos que todavía no saben voy a contar un poco para que puedan entender.
Cuando llegué a la IURD ya era novia de Joaquim. Después de un tiempo, aprendí la importancia de tener a alguien a mi lado que practicara la misma fe, y comencé a hablar de Jesús para él. Al principio no entendía muy bien, pero al final aceptó mi invitación y fue conmigo a la iglesia. El tiempo pasó y yo siempre le hablaba de las cosas de Dios, porque tenía más tiempo en el camino de la fe hice también propósitos para que él se convirtiese al Señor Jesús. Él se fue entregando y comprendiendo las cosas de Dios y, finalmente, se convirtió, entonces fuimos obreros juntos.
Si desea leer mi historia de amor con detalles, Parte 1 Parte 2
En la iglesia, la pareja de enamorados deben ser lo más discretos posible, nada de contacto físico, quedarse abrazándose o besándose. Las personas van a la iglesia con el fin de buscar a Dios y escuchar la palabra de Dios, entonces no es el lugar apropiado para eso. Existe hora y lugar cierto para todo, hay que respetar la casa de Dios como tal. No sería nada agradable que las personas vengan a la iglesia y vean las parejas de novios besándose por los pasillos de la iglesia o incluso en la reunión. Su comportamiento apropiado muestra el  respeto a Dios y a las demás personas en la iglesia. Así es como actuaba cuando era novia de Joaquim, además la mayoría de las personas ni siquiera sabían que éramos novios, tal era nuestra discreción, solo las personas que nos conocían más de cerca. Y ni siquiera para intercambiar miradas durante la reunión, estábamos allí para buscar a Dios y eso era lo que hacíamos.
El primer día que nos dimos un beso adentro de la iglesia fue el día de nuestra boda, después de colocar las alianzas, encima del altar.
Ser novios, era en casa con nuestra familia cerca y nuestro tiempo libre era dedicado a la obra de Dios.
Además yo siempre oraba para que Dios lo use y que sea una gran herramienta en las manos de Dios, nuestra visión ya era el Altar. Mi placer era verlo servir, al final yo luche por eso. Nunca dejamos nuestras obligaciones con la obra para salir juntos, no quiero decir con esto que no teníamos tiempo para estar juntos.
Dios estaba siempre en primer lugar y por eso nos honró, nos casamos siendo obreros y pasado apenas  tres meses fuimos llamados para servir en el altar.
Ya pertenecíamos a él aún sin estar allí.
Nota: La semana que viene vamos a tener otra historia, de una esposa que siendo obrera, conoció al pastor de la iglesia y fueron novios, como es el caso de la mayoría de ustedes.

1 comments:

Anónimo dijo...

hola señora es muy fuerte este post,ya que tengo el deceo de servir a DIOS en el altar,este blog me ayuda mucho a meditar.

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