“Pero
estando él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una
mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho valor; y quebrando el vaso de alabastro, se lo
derramó sobre su cabeza.” Marcos 14:3
El nardo
puro era un perfume de mucho valor, normalmente era usado sólo por
personalidades notables de la época o para la preparación mortuoria de monarcas
e personas ricas y como sabemos el Señor Jesús no era visto de esa manera por
las personas, al contrario, Él era visto como un engañador.
María tuvo
la oportunidad de manifestar la fe sacrificial, la fe verdadera delante del
Señor Jesús, porque ahí estaba el Salvador, aquel perfume derramado sobre Él representaba el derramamiento de su vida, mostrando con
esa actitud que no hay nada más valioso que estar con la vida entregada a Dios.
María quebró
el frasco, nuestra vida representa nuestra vida ese frasco y si alguien desea
estar con Cristo debe quebrar su vida, dejar las cosas erradas, el orgullo, la soberbia,
malicia, todo aquello que ha hecho que usted esté lejos de Dios.
Algo
interesante estaba sucediendo, pero los ojos de los que estaban presentes estaban
en el valor del perfume y no en Jesús.
“Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: ¿Para qué se ha
hecho este desperdicio de perfume? Porque este perfume
podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y dado el
dinero a los pobres. Y la reprendían.” Marcos 14:4,5
Mientras,
los ojos de María estaban en el Salvador porque su mayor tesoro no era el
perfume, aún siendo éste de alto precio.
Por esa
razón muchos que se dicen ser cristianos, viven fracasando, porque sus ojos
están en las cosas materiales, en las cosas de este mundo.
Muchos
intentan mostrar una imagen de que son de Dios, hablan bonito, pero aún no
entregan sus vidas y por ese motivo su fe no es verdadera, pues en la primera
oportunidad hacen lo que es errado.
La única
manera de poder exhalar ese perfume es quebrando el vaso. Existen muchos
perfumes, unos falsos y otros verdaderos, pero el buen y verdadero perfume es
caro, es aquel que hace la diferencia.
El perfume
no habla pero el olor es agradable, María no habló pero su actitud fue
agradable a los ojos de Jesús.
"Y en verdad os
digo: Dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se
hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya." Marcos 14:9
Vamos a
esparcir ese buen perfume, pero no se olvide que primero debemos quebrar el
vaso (su vida) y usted puede hacer eso ahora mismo, entréguese, manifieste su
fe y deje que Jesús hará la diferencia en su vida y en la de todos que le
rodean, ellos verán su fe genuina y verdadera.
1 comments:
Es lo que todos y cada uno de nosotros debemos hacer. Quebrar el vaso con sinceridad, pues la misma nos acerca mas a Dios, para que asi podamos esparcir el perfume del Señor Jesus a nuestro alrededor.
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