¿Usted ya pensó que el orgullo puede presentarse de
una manera muy disimulada?
Llega vestido de buenito, queriendo engañarnos, cuando
en la realidad sabemos que es algo que daña nuestra alma y corrompe nuestro
interior.
Paremos para meditar:
- tal vez usted quiere mucho una cosa, la pregunta es
¿usted quiere eso para glorificar a Dios o para satisfacer su ego? Si fue la
segunda opción, sepa que es orgullo aunque sea algo bueno lo que usted desea,
la intención es errada.
- ¿usted se considera mejor o superior a los demás?
Eso también es orgullo.
- cuando es reprendida en su interior usted queda
enojada y no acepta las correcciones, eso es orgullo.
- Cuando usted confía y depende de su propia sabiduría
y capacidad, ignorando a Dios en su vida, eso es orgullo.
- Cuando se refugia en sus tantas obras y cree que por
eso merece ser alabada, eso es orgullo.
- Cuando piensa ser la dueña de la verdad y que todo
debe ser hecho según su voluntad, eso es orgullo.
- usted se considera autosuficiente, piensa que no necesita
de nadie ni de ayuda, eso es orgullo.
Si usted está leyendo todo esto y piensa que nunca
erra ni precisa preocupase con este
asunto, le aconsejo a que vigile, pues lo que dejamos de vigilar es lo que nos
puede hacer caer.
Mis queridas, no permitamos que este sentimiento tan
vil haga parte de nuestra vida ni de nuestro interior, busquemos tener un
espíritu quebrantado que agrada a Dios y nos eleve a un nivel espiritual
privilegiado.
“Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes.” Santiago 4:6
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