jueves, 8 de mayo de 2014

Tenga una nueva mentalidad


Dando continuidad al post de la semana pasada, un tema que lo veo de suma importancia, es que muchas sin darse cuenta han estado esclavizadas a causa de aquellos sentimientos ¡Vamos por un basta!
"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma." (3 Juan 1:2)
Reflexione en este pasaje cuidadosamente. Dios desea bendecirnos más de lo que nosotros deseamos ser bendecidos, pero Él también nos ama lo suficiente para no bendecirnos más allá de nuestra capacidad de administrar las bendiciones de manera apropiada y continuar glorificándolo.
Los celos, la comparación, la envidia hacia los demás muestran falta de madurez espiritual.
Eso pertenece enteramente a la carne y no tiene nada que ver con las cosas espirituales, y es una de las principales causas de vivir en el desierto.
Preste atención a sus pensamientos en ese área.

Al reconocer los patrones de pensamientos equivocados, dígase a sí mismo: "¿De qué sirve ponerme celosa de los otros? Esto no me dejará ser bendecida. Dios tiene un plan individual para cada una de nosotras y confiaré que Él hará lo mejor para mi."
No tenga miedo de ser honesta con Dios acerca de sus sentimientos. De todas formas, Él ya sabe cómo te sientes, entonces puedes hablar con Él sobre eso.
¡¡Una persona que alimenta esos sentimientos vivirá una vida luchando para ser alguien o hacer algo que nunca logrará!! Será una persona frustrada y amargada, porque aún no se habrá dado cuenta de su propio valor, ni habrá explorado sus talentos, pues habrá dado tantas vueltas en el desierto comparándose con los demás que aún no habrá entendido que ella es única así, y acabará por no ver lo que Dios tiene para ella, ¡¡porque queda mirando lo que la otra tiene o hace!!

Aunque hagamos algo muy bien, siempre aparecerá alguien que podrá hacerlo mejor. Y si eso es cierto, entonces ¿cuál es el sentido de luchar toda nuestra vida para pasar por delante de otra persona?
Tal vez hayas mantenido una fortaleza mental por mucho tiempo en esa área. Cada vez que encuentras a alguien que parece superarte, ya sientes celos, envidia o deseo de competir con ella.. Si es así, te exhorto a tener una nueva mentalidad.
Ajusta tu mente para ser feliz por los otros, y confiar en Dios con respecto a ello.
Debemos alegrarnos por las victorias de los demás y ser las propias motivadoras para que crezcamos todas juntas.

Yo vibro con las conquistas de mis compañeras y ¡el éxito de ellas me hace feliz! Y me motiva a ser como ellas y a no tener envidia o celos ¡Pienso que por tener esa mentalidad es que tengo taaaaaantas amigas! jiji...
No desistas de pensar de esa forma, llevará algún tiempo y perseverancia, pero cuando aquella vieja fortaleza mental sea destruída por la palabra de Dios, estarás en el camino de salida del desierto y en la entrada a la tierra prometida.
Tu que piensas y actúas de esa forma; comienza a elogiar e incentivar a quienes nos rodean, ¡y verás la verdadera libertad ser derramada sobre ti! Al final, esos sentimientos sólo nos aprisionan y esclavizan, ¡pero conseguiremos ser libres de verdad!
Yo ya colocaré eso en práctica... Diciéndoles a todas ustedes que están dispuestas a este cambio, que lo conseguirán y lo sobrenatural de Dios será derramado sobre sus vidas y alcanzará todas las áreas.
Si te ayudó, deja aquí tu comentario y comparta su testimonio con nosotras. Al final, vibraremos con sus conquistas las unas de las otras, ¿no es así?
Besitos dulces

Catia Rubim


3 comments:

Anónimo dijo...

Siempre ago eso Sra y es muy bonito sentir aquella alegría por kien esta a nuestro alrededor y prospera es compartir la felicidad, alegría verdadera

Unknown dijo...

que motivador sus palabras... no lo había pensado pero es verdad , suelo experimentar esa alegría de ver conquistas ajenas pero siempre es bueno fortalecer.

Unknown dijo...

Este Post es muy interesante, porque explica como tantas veces no reconocemos nuestro valor por el simple hecho de quedar mirando las conquistas de los demás, y lo que debería ser un motivo de alegría mutua lo convertimos en una herramienta para el mal sembrar dentro semillas que darán frutos malos: celo, envidia, etc. Y lo peor de todo es que cuando esto acontece nos olvidamos de que Dios no se agrada de ese tipo de sentimientos que no nos llevan a conquistar nada, todo lo contrario! son sentimientos que dejan a la persona dando vueltas en el desierto y no avanza. Por eso, nuestra mentalidad debe ser diferente!

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