miércoles, 30 de abril de 2014

Tenga cuidado con los celos y la envidia


Hola queridas, hoy quería abordar un tema que ha dejado a muchos ¡¡presos en el desierto!!
¿Quién es el que nunca sintió ninguno de los dos? El problema no es sólo sentir, pues cuando sentimos y estamos atentas para detectarlo, nos logramos deshacer de ellos, pero el problema es cuando los alimentamos, es ahí que corre todo el peligro.
Estar siempre metidos (tener nuestra mente) en la vida de los demás, nos mantendrá en el desierto. Los celos, la envidia, la comparación en nuestra mente, de nosotras y de nuestras circunstancias, respecto a los demás, es una mentalidad que nos lleva al desierto.
La envidia lleva a la persona a comportarse de una manera insensible y áspera. La envidia llevó a los hermanos de José a venderlo como esclavo. Ellos lo odiaban porque su padre lo amaba mucho. Si alguien de tu familia parece recibir más atención que ti, no lo odie ¡Confíe en Dios! Haga lo que Él le pida para hacer, descanse en Él para recibir Su favor, y terminarás como José, extremadamente bendecida.
No se pare para compararse ni competir con nadie.
"Tuvieron además un altercado sobre cuál de ellos sería el más importante. Jesús les dijo:

Los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores. No sea así entre ustedes. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve." (Lucas 22:24-26).

La envidia, los celos y la comparación son características de los inseguros. Si no estamos seguros en relación con nuestro propio valor y la importancia que se tiene como individuo único, nos veremos compitiendo con cualquiera que parezca exitoso y que este progresando.
Cuando aprendemos que Dios tiene un plan único y personal para nuestra vida, con certeza será una de las más valiosas y preciosas libertades que el Señor nos dará.
Estoy segura que no es necesario compararse con nadie.
Yo misma viví eso cuando era una joven, mi padre siempre tuvo una apreciación especial por mi hermana Tania, pues ella era una joven muy responsable, muy dulce, en fin, era la hija que cualquier padre soñaría con tener, pero eso no generó envidia en mi, por el contrario, yo también la apreciaba mucho, y aquel comportamiento de mi padre podría haber generado en mí envidia (lo que era perfectamente normal), ¡pero no!, yo aprendí a apreciar a mi hermana, yo elegí estar siempre unida a ella.
Cuando tuve mi conversión y el Señor Jesús transformó mi carácter, Él me ayudó a cambiar mi personalidad, y no existió más esa diferencia, porque mi padre pasó a apreciarme de iguar forma. Pero imagine si yo hubiera estado todos esos años alimentando ese sentimiento, no habría disfrutado de ella como debía, y sin saber que pasando algunos años iría a "perderla".
Nunca deje ningún tipo de sentimiento dominar su vida y llevarla a elegir lo errado, pues podemos siempre arrepentirnos y caer en el error, pero no podemos volver atrás el tiempo, por eso aproveche siempre las oportunidades y tenga buenos ojos, eso te hará crecer en la vida.
Regocijase con aquellos que son bendecidos, póngase feliz por las conquistas de quien está a su lado, el mundo tal vez diga que es una tontería, pero Jesús dice que es poder.
Este post continuará el jueves que viene.
Si te ayudó deje su comentario.
Hasta entonces, ¡besitos dulces!
Cátia Rubim

1 comments:

Unknown dijo...

en este mensaje enseña que nosotros tenemos que cuidar mucho nuestra vidad y no tener envidia por las demas personas no podemos ser como jose que vendio a su hermano porque el sentia envidia asia su propio hermano.La envidia lleva a la persona a comportarse de una manera insensible y áspera La envidia, los celos y la comparación son características de una un ser humano inseguro de si mismo DIOS no quiere que mseamos copia de nadien DIOS tiene planes grande para cada uno de nosotros en nuestra vida no seamos envidioso ni celosos cuidemonos para no caer en esos errores

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