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lunes, 31 de agosto de 2015

¡La humildad antecede la honra!




La honra comienza con la humildad”      Proverbio 18:12

Si la persona no es humilde, ella no será honrada ¿cómo podría el orgulloso ser honrado? Él se daría a si mismo los créditos, se exaltaría y alagaría.
Si usted aún no recibió una bendición que anhela, sepa que Dios está cuidando de usted, ya que usted no está preparada, corre el riesgo de quedar orgullosa y Dios le está librando de usted misma.
Si Dios dejara su espíritu no humillado recibir tal bendición, usted no sabría cómo lidiar con ella.
La humildad es la que nos trae bendición y nos hace aptos para lidiar con las demás personas.
Sabemos que el orgulloso:
·      Siempre quiere tener la razón
·      Cree que merece todo
·      No acepta la reprensión
·      Está apoyando en su capacidad e inteligencia
·      No es sumiso

Debemos humillar nuestro espíritu para que Dios nos pueda bendecir y que eso sea seguro para nosotros, Él nunca nos colocará en riesgo de crear un enemigo que tengamos que vencer después, el orgullo.
Entonces, para que venga la honra primero tiene que existir humildad sincera y genuina.

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