Aunque a veces, inconscientemente, los padres sienten favoritismo entre los niños, sin embargo, no deben dejar aparecer que les gusta o que se identifican más con un hijo que con otro, esto puede llevar a rivalidades y odio entre hermanos, porque ambos quieren ser amados y aceptados de igual manera.
Sepa identificar cuándo favoreces a un hijo más que a otro:
-En la manera de tratar a los dos
-Cuando pelean, siempre defiendes al hijo predilecto, aunque no tenga la razón
-Cuando hablas con alguien de tus hijos, sólo mencionas al favorito, tus ojos brillan cuando hablas de él, mientras que del otro nunca hablas
-Sólo elogias a uno, el otro puede hacer cosas buenas y acertadas, mas nunca se lo reconoces
-Besas y abrazas más a uno que al otro
-Cuando compras algo, siempre lo mejor y lo más bonito es para el hijo predilecto.
Estas son algunas señales de que has estado practicando el favoritismo, lo cual traerá consecuencias dolorosas a largo plazo para el niño que se siente menos amado o incluso despreciado.
Pídele a Dios sabiduría para nunca cometer este error, y apreciar a todos tus hijos, ellos pueden no ser iguales, pero son igualmente tuyos.
Rebeca fue una buena esposa y madre de los gemelos, Jacob y Esaú, pero favorecía a su hijo Jacob. Por esta razón, crea diversas estrategias y manipula las situaciones para que Jacob reciba la bendición del padre y no Esaú que era el primogénito y tenía derecho a la bendición.
Y así sucedió, Isaac, en su lecho de muerte y sin saberlo, dio la bendición a Jacob, lo que provocó la distancia física de la familia.
Más tarde sucedió que Jacob también tenía favoritismo por sus hijos con Rachel. Sus hijos con Lea viendo eso, vendieron hasta a su propio hermano, José, por celos. Vea que desenlace terrible.
Es una historia triste, pero que se repite hoy en día, mucho cuidado con las comparaciones y favoritismo, los niños se dan cuenta y eso interfiere en su interior y su desarrollo intelectual.
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