Hola queridas, vamos dar inicio a un nuevo cuadro, "Experiencias del Altar", en que esposas de pastores estarán hablando de sus experiencias en la obra de Dios. Hoy comenzamos con mi amiga Elaine, disfruten.
"Mi nombre es Elaine Cristina Scheffer, y les voy a relatar algunas de
mis experiencias a lo largo de estos años en la obra de DIOS.
Me casé muy joven, un poco antes de completar 18 años, era una niña y
dependía aún de mi madre para ciertas cosas, pero yo ya tenía certeza de que mi
lugar es el altar… Antes de comenzar a hablar de mi vida en la obra como esposa
de pastor, quiero abrir un paréntesis y hablar de una experiencia vida antes de
eso.
Yo llegué a la iglesia cuando tenía 14 años, me liberé y tuve mi
encuentro con Dios, luego fui levantada a obrera y el deseo de servir a Dios en
el altar fue muy grande dentro mío, ese deseo quemaba en mi interior y no
cabían dudas dónde era mi lugar, en esa misma época conocí a mi esposo, él era
pastor auxiliar y no demoró mucho que comenzamos a estar de novios. Yo estaba
siempre en la iglesia, evangelizando, cuidando las cosas de Dios, todo estaba
perfecto, estuvimos de novios durante casi 3 años, yo tenía certeza que él era
el hombre de Dios para mi vida, nosotros encajábamos muy bien, teníamos el
mismo propósito ¿qué podría dar errado? Soporté críticas por parte de mi
familia, porque tendría que largar todo, dejar los estudios y vivir para el
altar, ¡pero yo estaba dispuesta y era lo que yo quería desde antes de conocer
a mi esposo!
Pero casi 3 años después, un día sin yo esperarlo, él llegó hasta mi y
me dijo que deberíamos terminar, con lágrimas en los ojos no me pudo dar un
motivo, lloramos los dos, sin saber por qué estábamos tomando esa decisión,
terminamos… fue duro para mí, después de tanto tiempo, ¿será que mi familia
tenía razón? ¿él no era la persona cierta para mí? Sólo el tiempo iba a
decirlo… pasados los días de llanto jeje yo me levanté y me dediqué aún más en
servir a Dios de obrera, pero ya no en la misma iglesia que él, pues en aquella
misma semana mi familia se había mudado de barrio. Yo comencé a trabajar y a
estudiar de noche para terminar el magisterio, pero aun así no faltaba a las
reuniones de miércoles y domingo, siempre fiel a Dios, a pesar del dolor, de
extrañarlo y de la falta que tenía de él yo no desistí, quedamos 6 meses sin
vernos ni hablar, sin saber noticias uno del otro, en ese tiempo Dios trabajó
en mi confianza, me hizo tener certeza que mi amor por las almas y el deseo de
obedecer el llamado de Dios estaban encima de todo, de todos mis sentimientos,
no quería servir en el altar porque simplemente estaba enamorada de un pastor
sino que quería por amor a las almas, el deseo que ardía dentro de mí se
realizaría, yo sabía que sí.
Cuando Dios cicatrizó la herida, cuando finalmente pensé haber
olvidado y que ya estaba siguiendo mi vida firme en un propósito, el nacimiento
de un sobrino de él nos reunió nuevamente en una visita a la casa de su
hermana, él estaba allí jaja, cuando lo vi después de 6 meses no es necesario
decir lo que sentí jaja era como si nunca antes me hubiera alejado de él, pero
me limité sólo a las miradas y al saludo formal, ¡¡¡cuando en realidad yo
quería abrazarlo y decirle cuán importante era aún para mí!!! ¡Vi lo mismo en
sus ojos!
Pero me controlé y confié una vez más que Dios estaba controlando mi
vida y sabía lo que era mejor… volví a casa y en el otro día en mi trabajo, el
teléfono sonó (en aquella época no existía el celular jeje, él me llamó al
trabajo) me invitó a salir y nos encontramos un sábado a las 6 de la tarde, me
acuerdo a la perfección de ese día, ¡hasta de la ropa que vestía! Nos abrazamos y pareció que no habíamos
quedado ni un solo día sin estar lejos. En ese día marcamos la fecha para el
casamiento que aconteció 5 meses después.
Esa experiencia sirvió para mostrar cuál era la real intención de mi
corazón.
¿Yo deseaba la obra porque amaba a un pastor o Dios me presentó un
pastor porque vio en mí el amor que tenía por las almas y que mi objetivo era
el altar?
Eso quedo aún más claro dentro mío, cuando volvimos a estar juntos ya no
existían dudas para mí, era al lado de él que yo haría la obra, que ganaría
almas, que viajaría por el mundo, siendo su auxiliadora, el por otro lado tenía
la misma certeza y 5 meses después comenzamos a caminar juntos ese camino, el
cual hemos caminado lado a lado hace 22 a los, con luchas, lágrimas y también
repletos de alegría y conquistas.
Mi amiga, si usted tiene un sentimiento por alguien que te hizo mal, que
te trae dudas, no tenga miedo, sea sincera con Dios y pida a Él que remueva ese sentimiento, porque
ciertamente lo que Dios nos trae nadie puede quitar, ¡la persona cierta te
aproximará a Dios y te hará llegar donde Él desea que usted esté!
Y si usted desea el altar, ¡Dios creará situaciones para probarte y para
que usted conozca lo que hay dentro suyo, y si el deseo realmente es el altar
nada impedirá que seas usada por Él!"
“Recuerda que
durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino
del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu
corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.”
Deuteronomio 8:2
Muy cierto cuando somos llamados por Dios no ay y situación alguna que nos separe de el. EL siempre tiene el control de todas las cosas muchas gracias por compartir su experiencia Dios los bendiga a usted y el Pastor Claudine. Muchos besos y abrazos 😙😙😙
ResponderEliminarRealmente cierto, su experiencia me ayudo mucho estaré atenta para los otros post
ResponderEliminarMuy fuerte esta experiencia, me identifico muchísimo en ella por cantidades de situaciones que han pasado en mi vida. En mi corazón esta el altar, por encima de todo lo que he pasado sigo firme en la fe! Gracias por compartir sus experiencias, siempre ayudaran a alguien o incrementaran certeza en alguna que puede estar pasando algo similar. Dios les bendiga.
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