Al leer la historia de Moisés y
la del pueblo de Israel cuando era esclavo en Egipto, podemos encontrar varias
lecciones.
Luego de su nacimiento, salió un
decreto por parte del Faraón de que todos los bebés hebreos serían asesinados,
y ahora ¿cómo salvar a Moisés?
No logro siquiera imaginar el
dolor de aquellas madres, teniendo a sus hijos siendo arrancados de sus brazos
para ser asesinados, pero en el medio de tantas madres hubo una que decidió
usar su fe, no quedó gritando y llorando
sino que pensó rápido en una solución, con la finalidad de salvar la vida de su
hijo.
Joquebed colocó a Moisés en un
cesto y lo largo en el río Nilo, confiando de que Dios lo guardaría y proveería
el libramiento para él, fue una cuestión de fe.
Como ustedes ya saben, esa
actitud de Joquebed hizo toda la diferencia en la historia del pueblo de Dios.
Quiero hacer un destaque
especial para esa mujer admirable, en medio de tanta confusión, lágrimas,
correría, ella consiguió hacer algo que las demás no consiguieron, pensar en
una manera para salvar a su hijo. Ella podría haber mirado para las otras
madres y pensar “sólo eso me falta, llorar la pérdida de mi hijo”.
Todas las madres quedaron
devastadas, con las emociones incontrolables y basadas en un mar de dolor, pero
mientras que Joquebed estaba sintiendo todo eso también, ella pensó en lo que
podía hacer, y ella decidió usar su fe.
¿Cómo hemos reaccionado en los
momentos difíciles, cuando nos sentimos acorraladas, cuando parece que no hay
más salida, cuando el sentimiento quiere tomar cuenta y lo único que queremos
hacer es llorar y entregarnos al dolor?
¿Será que tomamos una actitud de
fe o quedamos postradas, sintiéndonos impotentes como aquellas madres, aun
sabiendo que nuestro Dios es poderoso?
Piense que Joquebed recurrió a
Dios y tuvo la respuesta, Dios nunca va a desamparar a aquellos que confían en
Él, aquellos que creen aun cuando todas las circunstancias son desfavorables.
Amiga, si está en una situación
así y piensa que sus fuerzas se acabaron, levántese y tome una actitud de fe,
es sólo eso lo que Dios está esperando para levantare de su trono y darle la
respuesta, ninguna actitud de fe pasa desapercibida a los ojos de Dios.
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