¡La gloria fue para ella!

La dependencia de elogios y reconocimiento es un problema que necesita ser controlado, muchas personas, incluyendo siervos de Dios, que para sentirse aceptos y confiados, viven subordinados a ellos y eso no es bueno.

¿A quién no le gusta recibir elogios? Parece que ellos funcionan como un incentivo para que la persona se sienta más confiada, más segura y hasta eleva su autoestima, tras la sensación de que está en el camino cierto y haciendo las cosas bien.

El problema es que cuando se depende de elogios, aprobación o reconocimientos para tomar una actitud o avanzar, eso sí que no podrá suceder.

¿Recuerda cuando éramos niños? Siempre que hacíamos  algo bien, nos sacábamos buenas notas en la escuela o intentábamos algo nuevo, nuestros padres acostumbraban a elogiarnos con la intención de motivarnos a seguir así, de que perdiésemos el miedo y viéramos que éramos capaces.

Pero a partir del momento en que nos tornamos adultas, no deberíamos más depender de esos incentivos, pues debemos desarrollar la autoconfianza  y eso sí es independencia.

Quien quedó esperando elogios y ahora no los recibe, con certeza quedará triste, frustrada y decepcionada.

En la obra de Dios no es diferente, y tal vez usted haya errado en este sentido.

Déjeme hacerle una pregunta: ¿Usted ya hizo algo, pero en el final otra persona llevó la gloria? O sea ¿Los elogios que eran para usted fueron para ella?

A mí ya me pasó. Y hasta hice cosas para ayudar a una persona, que ella hasta hoy no sabe lo que hice por ella. Pero le segunda pregunta es: ¿Y cómo reacciona a eso?

¿Quedó indignada, triste, decepcionada, con la voluntad de gritar a los cuatro vientos que fue usted que lo realizó? ¿Decir que usted fue la mentora, que tuvo la idea, o usted quedó feliz por haber contribuido con la Obra de Dios, sin importar quién llevo los créditos?

Su respuesta irá a mostrar si usted es una persona carente de elogios y aprobación para sentirse aceptada y reconocida, o si usted no necesita de nada de eso, pues su intención es colaborar con la obra de Dios, sin estar preocupada con las recompensas, pues tiene conciencia que su recompensa viene del propio Dios.

Entonces amigas, nunca desista de hacer  lo que le es propuesto  o lo que Dios le inspira hacer, con elogios o sin ellos, usted está siendo usada por Él y sé que ese es el mayor reconocimiento que puede recibir, ser SIERVA del Dios altísimo.

No se olviden, todos los viernes coloco un post sobre la obra de Dios ¡Besos!

"Así esa ayuda se mantendrá en secreto, y Dios el Padre, que conoce ese secreto, les dará a ustedes su premio." Mateo 6:4