Yo estaba creciendo, ¡llegue a mi
adolescencia! ¡Era una nueva fase, pienso que en ese momento de nuestras vidas
quedamos más curiosas y paramos a observar más
todo nuestro alrededor! Y yo no era diferente, comencé a observar mi
cuerpo y a verlo con malos ojos.
De repente, ya no quería usar
faldas, shorts, blusitas sin mangas, nada que mostrara mi cuerpo. Yo era muy
flaquita y comencé a compararme con las otras muchachas de mi edad, que tenían
un cuerpo más “desarrollado” y eso me trajo complejos. Sí amigas, mi
archi-enemigo de la adolescencia fueron los complejos de mi apariencia.
No importaba si me decían que mis ojos eran
lindos y expresivos, mi sonrisa encantadora o mi cabello lindo y fuerte ¡Eso a
mis oídos eran apenas “piezas sueltas” que no hacían la menor diferencia en un
todo! Yo pensaba que mi familia hablaba para agradarme, que no estaban siendo
sinceros.
Comencé a dar trabajo para vestirme,
no quería usar ciertas ropas que mi madre creía que yo debería usar, yo
simplemente quería esconder lo que creía que era feo.
Recuerdo que era vanidosa, me
gustaba comprar ropa, pero siempre con esos cuidados ¡Nada de mostrar piernas y
clavículas! ¿Para qué mostrar mis rodillas “tuertas” (no eran así) o mi
clavícula saliente? ¡Era así que yo decía! La manera en la que yo me veía no
era nada buena.
Para agravar la situación, mi primo
me decía “Olivia palito” y una amiga de mi hermana decía que yo tenía “ojos de
sapo” porque eran grandes, kkkk. Hoy me rio, pero en aquella época lloraba rsrs
¡Qué triste es ser insegura!
Imaginen que hasta pensaba que nunca
me iba a casar, pues ¿Qué muchacho miraría para mí?
Como si no bastase ser insegura,
ahora yo también era una joven acomplejada y tímida. Un problema trajo otro. No
me gustaba ser evidente, no quería ser el centro de las atenciones, no quería
que todos me miraran en conjunto. El sueño de muchas chicas es ser popular,
¡estaba lejos de ser el mío!
Aunque me gustara participar de
todas las actividades, yo no quería llamar la atención.
Eso fue un peso que cargué en mi
adolescencia, no hay nada peor que no sentirse bien consigo misma, no amarse ni
valorizarse.
Sentirse inferior a las demás
jóvenes era un sentimiento que realmente no quería tener, pero él estaba allí,
todos los días él estaba allí. Y todos los días estaba en mi capullo.
Pero a mis 15 años, ¡Algo inesperado
aconteció! ¡Espere para saber en el próximo post! ¡Controlen la curiosidad!
Hoy quedo pensando cómo el diablo trabaja
de manera sigilosa en la mente de las jóvenes para tenerlas bajo el dominio del
mal, oprimidas e infelices. Y cómo los amigos y familiares deben tener cuidado
con las palabras dichas, pues no tienen idea cómo ellas influencian en el
comportamiento de la joven y lo que ella piensa a su respecto.
Y usted, ¿tiene o ya tuvo esos
conflictos interiores? Hoy comienza el Ayuno de Daniel, gran oportunidad para
usted recibir el Espíritu Santo y verse libre de todos esos sentimientos y
pensamientos que la aprisionan.
¡Aprovechen la oportunidad!
3 comments:
Yo era muy acomplejada en mi adolescencia también, tenía complejos de todo tipo, era muy tímida, solitaria, callada, triste, tenía complejos con mi cuerpo, sufrí con trastornos alimenticios, a mis 16 años padecí anorexia nerviosa, no comía los suficiente por miedo a engordar, era muy acomplejada también porque nunca he aparentado mi edad, hoy tengo 22 años y siento que sigo siendo la misma adolescente de antes solo con algunas diferencias de cambio, ahora es al revés porque ahora quiero engordar para desarrollarme y verme más adulta, al ver que no lo consigo me estreso y eso me causa ansiedad.
Hola amiga anónima, lo que tu necesitas es buscar el Espiritu Santo. cuando Lo tengas veras que esos sentimientos, esa ansiedad irá desaparecer. Solo a traves de la presencia de Dios puedes librarte de todo eso que te atormenta y te hace sentir mal. Te aconsejo a buscarlo, acercate a El y entrega toda tu vida, deja que El te dirija. Dios te bendiga.
Es verdad Sra Tania cuando somos pequeños nuestros familiares hablan tantas cosas a nuestro respecto, y nosotros por no tener un conocimiento del Señor Jesus somos como esponjas solo adsorvemos lo malo y es ahi donde el diablo toma esa ventaja para mantenernos bajo su dominio, yo sufri mucho desde mi niñez, juventud y tristemente mi edad adulta por esos mismos complejos.
Publicar un comentario