Yo no estaba ansiosa...

Hola queridas, ¡¡estoy de vuelta!!

Primero quería agradecer a Dios la oportunidad que Él me dio de estar y compartir aquí en el Blog mis experiencias, y espero que con ellas pueda ayudar a todas ustedes.

Bien, hoy abordaré un tema que creo de suma importancia, pues he visto mucha ansiedad y falta de visión en esta área.

Cuando comencé a servir a Dios, no tenía ninguna ansiedad de noviar con un pastor, pues sabía que Él estaba preparando lo mejor para mi, y era consciente que era un paso en el cual yo no podía fallar, y  donde debía dejar todos mis sentimientos a un lado...

Creo que fue por eso que Dios obró tan rápido, pues vio mis verdaderas motivaciones, pero aún Dios colocando en mi camino un siervo de Él para mí, yo no me entregué rápido…Hice un propósito con Dios pues tenía que ser Su confirmación, pues sino ni me molestaba en comenzar ese noviazgo.

¡¡Después que Dios me confirmó yo acepté!!

Como ya todas leyeron mi testimonio (Quien no leyó, aproveche para dar una leída), en una determinada altura de mi vida, mi esposo ya no estaba soñando el mismo sueño que yo. Con esto les quiero decir que él nunca dejó de ser un buen esposo para mí... Aunque no fuese como hoy, él me amaba mucho, me respetaba, pero eso no era suficiente para mí, ¡¡yo si quería un hombre con cualidades como esas!! Pero sobre todas las cosas, quería que sea un hombre lleno de Dios. Observen que el hecho de que él era bueno, no me quitó la visión de querer un hombre cuyo corazón fuese principalmente de Dios.

Yo podría haberme acomodado, a fin de cuentas tenía una persona que me amaba, que me daba todo lo que yo quería, que me era fiel, pero yo quería la mejor parte que era tenerlo rendido a los pies de Dios, pues eso me realizaba como mujer y sabia que junto a él en esa posición, ¡mi futuro estaba garantizado! Pues no hay ningún lugar de mayor seguridad que nuestras vidas en el Altar de Dios…

Digo eso porque he atendido muchas mujeres que fácilmente largan todo por un noviecito, que en el futuro las deja frustradas, no supieron esperar ni priorizar al Autor de nuestras elecciones, y  más adelante salen siempre decepcionadas

Hoy me arriesgo a decir que sólo falla quien no sabe esperar en Dios, hace 19 años atrás no teníamos las herramientas que tenemos hoy, pues hoy son muchas las herramientas que si las oímos y colocamos en práctica, nunca saldremos perdiendo... Pero parece que las cosas están yendo en sentido contrario, cuanta más información, más el diablo invierte en esa área y muchos se han dejado vender por un plato de lentejas… ¿Y saben por qué? Porque cuánto más la información crece, es que más deberíamos agarrarla con todas las fuerzas y aplicarla en nuestras vidas para no aceptar fallar, o quien ya falló usarla para levantarse, restaurarse y edificarse…

Las herramientas aumentaron… Pero el temor descendió…

 Nunca se olviden que no somos iguales a las mujeres de este mundo, pero para eso nuestras actitudes tienen que ser contrarias a las de este mundo…

Despierten y vigilen, ¿ustedes quieren un hombre o un hombre de Dios?

Pues un hombre se  atrae fácilmente, pero un hombre de Dios se encuentra en nuestra perseverancia, oración y entrega.

Deje a Dios elegir por usted, pues los planes de Él nunca son frustrados...

La mujer sabia lleva a su marido a los pies de la cruz, prefiere estar en la casa de Dios y traerlo con ella, que en la mesa de los tontos con él…

La mujer sabia edifica su casa sobre la roca...

Muchas esposas pierden por creer que en primer lugar precisan honrar las voluntades de sus maridos, pero también he visto el éxito en las esposas que honran principalmente a Dios y Dios honra tocando la vida de sus maridos...

Sea fuerte, una mujer de oración. Siempre digo, y con mucha certeza, que es ella la que edifica y nunca derrumba.

Que el Señor las fortalezca y haga de todas nosotras mujeres sabias cada día más y más…

Besitos dulces,

Hasta el Jueves con otro...

Cátia Rubim