Serie Obreras en Foco 1 - Estado Espiritual

Hola amigas, ¿preparadas? Vamos a empezar, en el final hay una tarea para ti.
Hoy vamos a hablar de la importancia de las obreras estar bien con Dios, con su vida espiritual al día.
Si la persona no está bien, no puede ayudar a los demás, si está vacía, débil en la fe, o incluso en pecado, ¿cómo podrá orar por las personas en la iglesia? Será una oración sin fruto, es peligroso, porque no hay que olvidar que se trata de una lucha cara a cara con el diablo.

Desafortunadamente muchas obreras se esconden detrás del uniforme, dispuestas a pasar una imagen espiritual que no existe.
Se trata de personas que en la iglesia actúan de una manera pero en casa son totalmente diferentes, son irreconocibles, dan mal testimonio.
Esto demuestra la falta de un nuevo nacimiento, no acepte vivir una farsa, sea honesta con usted misma.

Algunos puntos que pueden ayudarla en la reflexión y ver que no ha nacido de Dios:

-      no ha cambiado su carácter

-      siempre está de mal humor

-      es nerviosa y explosiva

-      se siente mal en la oración fuerte, de hecho huye de las reuniones de liberación

-      no consigue abandonar el pecado, vive en el error

-      es una persona triste, no tiene la paz de Dios

-      en el fondo sabe que algo falta, algo no está bien

Si detecta que no ha nacido de Dios, tome una actitud ahora y empiece a buscar.

Sigue un relato de una obrera, que ha pasado por esta situación, vale la pena leerlo:

"Hola Dña. Tania, les escribo por el testimonio de una esposa que usted público en el blog de Dña. Cris. Sentí un ardiente deseo de contar lo que me pasó. Soy obrera a 13 años, y siempre pase por eso, sentía miedo de las reuniones fuertes, sentía cosas extrañas, pero nunca lo guarde conmigo, le contaba a los pastores, esposas, obreras... pero nadie me podía ayudar. Yo pedía oración fuerte, habría mi corazón, pero nada... Todo seguía igual. Llegue a pensar en renunciar todo, dejar todo, ya que no aguantaba más, pero dentro de mí, siempre había una fuerza que me hacía seguir adelante, me hacía creer que esto pasaría y contaría mi victoria. Yo oraba todo el tiempo, buscaba a Dios, leía la Biblia, no hacía nada de malo... pero todo continuaba igual, miedo, inseguridad y mucho más. Yo no entendía, oraba de madrugada, me humillaba en la presencia de Dios, le pedía una respuesta, pero parecía que nada cambiaba. ¡Hacia propósitos, me rebelaba, mas algo dentro de mí me pedía que insistiera, sabía que algo faltaba, y le pedía a Dios todo el tiempo! ¡Dios yo te quiero! ¡No sé todavía lo que está faltando, pero te quiero! Y así fue año tras año. Siempre he oído hablar del nuevo nacimiento, e incluso intentando comprender yo no entendía, creía que había nacido de nuevo por el tiempo de estar en la iglesia y no hacer nada malo. ¡Pero algo dentro de mí gritaba! Necesitaba más, había algo de Dios que yo aún no tenía, y yo estaba dispuesta a buscarlo, costara lo que costara. Nunca tuve dudas de tener el Espíritu Santo, hablaba en lenguas, y mis frutos eran buenos. Entonces, ¿qué faltaba? Le preguntaba a Dios todo el tiempo. Llegué a decirle a un pastor que estaba dispuesta a empezar todo de nuevo, no tenía ningún problema, siempre he sido humilde para reconocerlo, pedir ayuda y oraciones. Mi búsqueda continuó, lecturas bíblicas, oraciones, conversaciones largas con Dios en mi habitación cuando estaba sola. Mi intimidad con Dios, aumentaba, pues hablaba con El todo el tiempo, cuanto más me atormentaba este problema, más yo me "apegaba" con Dios. Y continuaba sin entender... En mis momentos de desesperación, una dulce voz dentro de mí me decía. Confía en Mí, ya pasará. ¿Por qué Dios, porque el Señor está permitiendo esto? Siempre le preguntaba entre lágrimas. Y cuando la señora publico el testimonio de la esposa, ¡mis ojos se abrieron! Aún no he nacido de Dios. ¡Eso es lo que falta! Me acordé de las reuniones que el obispo mencionaba que había muchos obreros, pastores y esposas que aún no habían nacido de Dios, y yo no entendía cómo podría suceder esto. Después de leer la segunda parte del testimonio, comprendí que nacer de Dios no es fácil, no es apenas decir que quiere, tiene uno que querer de verdad y pagar el precio. Me acordé de que ya era fiel a Dios, pero también no Lo conocía. Estaba en el servicio, pare lo que estaba haciendo, comencé a orar, coloque mis manos en mi corazón y pedí a Dios que me limpiara y liberara. Oré aún más fuerte, y sentí mi corazón arder, y una paz enorme entrar en mí, le pedí a Dios que me perdonara por tomar tanto tiempo para entender. Empecé a hablar con Dios, y tuve que correr al baño porque una voluntad enorme de llorar, y glorificar a Dios en lenguas se hizo cargo de mí. No sabía si reír o llorar de alegría, quería gritar a todos para que supieran lo que había pasado. Recordé todas las personas que estaban en la obra un día y salieron, y me pregunté por qué Dios me preservo tanto tiempo. Y tuve certeza que si yo no hubiera pasado por todo lo que pasé, nunca hubiera buscado tener un nuevo nacimiento y un encuentro con Dios,  y tal vez no estaría aquí para compartir este mensaje.
Que Dios la bendiga señora y a la esposa que compartió su testimonio."

Tarea: Haga un análisis profundo y sincero acerca de su condición espiritual, vea si tuvo un encuentro con Dios, un nuevo nacimiento, y si está realmente preparada para servir a Dios como obrera, si usted está en pecado, o mal espiritualmente, busque su pastor y hable con él, no puede servir a Dios así, este es el primer paso.